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14/4/12

MI PRIMER BESO

Tomada de la red.

Estaba enamorada del beso de Cary Grant e Ingrid Bergman en la película  “Encadenados”. Probé con el ligón del pueblo y sufrí mi primera decepción. No iba a decírselo, pero lo vi muy gallito y solté que no era para tanto. Los noviazgos de otras parejas duraban años. El mío, cinco minutos.

25/4/11

ME ACUERDO DE (leído por Juan José Millás)


Me acuerdo de mi abuela corrigiéndome, desde la cama, cuando yo cantaba la versión que hizo Nuestro pequeño mundo, de la canción "Me casó mi madre".

26/2/11

"ME ACUERDO DE" (relatos leídos por J.J. Millás)


Me acuerdo del dolor repentino y punzante en el pecho, avisando de la enfermedad; llorando calle arriba, y la casa cada vez más inalcanzable, un domingo por la tarde.

Me acuerdo de que me puse tan pesada que mi madre me hizo un sostén-camiseta.

19/1/11

NADA














En septiembre comenzaba el curso. El primer día, la maestra nos iba nombrando de dos en dos para que ocupáramos los pupitres. A mí siempre me ponía de compañera a Rosa. Ni yo le gustaba a ella, ni ella me gustaba a mí. Trazaba una línea con el lapicero para dejar claro cuál era su espacio, muy limpio, pues pasaba las mañanas lijando la madera. El mío, en cambio, siempre tenía manchas de tinta y rayas de lapiceros. Lo que más me desagradaba de ella, era su cara blanda y rosácea de lechoncillo. Tenía un plumier de madera de dos pisos y le gustaba abrir la tapa del primero y girarlo para descubrir en el segundo las pinturas de colores Alpino. Y así lo dejaba todo el tiempo, para que yo lo envidiara.
Rosa era la hija del médico y yo creía que eso la hacía invulnerable, pero enfermó y murió. Al poco tiempo nadie en la escuela se acordaba de ella. Y yo tuve una nueva compañera.

9/10/10

EN LA CAMA (microrrelato leído por Juan José Millás en La Ventana



Ya nunca sabrás, madre, que esa noche yo estaba despierta.

27/8/10

LA VENTANA DEL VERANO - Cadena SER (relato leído por Soledad Puértolas 26.08.2010) Tema: El bandido generoso

Autora: Lola Sanabria







EL BANDIDO REY

Le conté a mi madre que un hombre me seguía y ella dijo: “Acabarás tan loco como tu padre”. “Loco y ladrón. Un bandido”, añadió. “Un bandido doblemente armado”, terció la alcahueta de la vecina, mientras se reía y señalaba con un dedo a mis cinco hermanos.

Un día, al doblar una esquina, me escondí en un zaguán. Creía que iba a encontrarme con un hombre fiero, con la navaja al cinto y un saco con niños a la espalda, pero me topé con un señor sonriente y bien vestido. Se agachó para preguntarme: “¿Sabes quién soy?”. Negué con la cabeza. “Soy tu padre”, dijo. “Mi padre es un bandolero loco”, dije yo. “¿Eso te contó tu madre?”. Afirmé, otra vez, con la cabeza. “Está bien, te mentí, soy un tío rico de América”. “No tengo tíos”, le atajé. “¿Entonces…?”. “Un Rey Mago. Gaspar, porque eres moreno”, concedí. Él sacó una libreta y fue apuntando todo lo que le iba diciendo. El día de Reyes amaneció una montaña de juguetes frente a la casa. Grité que habían sido los Reyes Magos. Mi madre miró a mis hermanos pequeños y no dijo nada.

20/8/10

Relato leído en "LA VENTANA DE VERANO" de la Cadena Ser.

TEMA: El amigo.
Autora: Lola Sanabria.







(Fotografía de Daniel Meyer)





PRIORIDADES.
Quedamos en La Corredera al anochecer. Necesitaba hablar con Gonzalo. Él dijo que también, por teléfono. Llegué cuando el cielo cambiaba al azulón y, junto a la media luna, brotaban los primeros puntos luminosos. Nada más sentarnos a la mesa, me contó que Elena lo había echado de casa, así, por las buenas, sin más aviso que el silencio profundo de los últimos tiempos. Ignoró a la camarera. Tuve que pedir yo: salmorejo y cazón adobado. Y él siguió lamentándose de su soledad, en el cuarto de una pensión de mala muerte. No me dejaba meter baza. Me removí en la silla. Distraje mi atención en la paloma que picoteaba una patata. Entonces una serpiente de dolor barrió el suelo, subió y me golpeó de lleno en el pecho. Miré a Gonzalo. Sollozaba. Se me antojó un Boabdil con barba de días y la camisa arrugada. Puse mi mano derecha sobre su antebrazo y fui desgranando palabras de consuelo, de esperanza. A mí acababan de despedirme del trabajo, pero tenía a María Luisa.


15/8/10

Relatos leídos en "LA VENTANA DE VERANO" de la Cadena Ser.

TEMA: La mujer enamorada.

Autora: Lola Sanabria.

PARA SIEMPRE.

¿Acaso creíste por un momento que te ibas a librar de mí? No soy yo mujer que se abandone, Alberto. Te lo dije desde el principio. Si me dejas la puerta franca, yo entro, y si entro, no salgo. Pero tú, nada, empeñado en largarme. Que si no estabas seguro, que si mejor nos tomábamos un tiempo... Tonterías, Alberto. Y luego vino lo de intentar darme esquinazo, a mí, la Dolores, ¡pues no soy yo nadie para seguir una pista! Tengo el olfato de la perra de caza. Un poco confundido, sólo eso, y allí estaba yo para ayudarte a aclarar tus ideas. Pero no quisiste escucharme y al final te lanzaste, literalmente, al vacío. Fue un pronto, ya lo sé, por eso estoy aquí. ¡Mira qué ramo te he traído! De margaritas que son mis preferidas, porque las rosas que a ti te gustan están muy caras, Alberto. El caso es que el florero al lado de tu fotografía, tenga siempre flores frescas. El caso es que no te falte mi visita todos los días. Y, por éstas, que no pienso dejarte; pobre, tan solo entre tanta tumba.


VERDE QUE TE QUIERO VERDE.

Mi madre me decía a menudo que escogiera un buen marido que me mantuviera. “Mírame a mí, con las yemas de los dedos destrozadas por la flor del algodón”. Me daba un bastidor, finas telas y madejas de hilo Moliné blanco y gris, para que bordara las sábanas y las mantelerías de mi ajuar en consonancia con un rico pretendiente. Y mientras yo matizaba una flor, hacía un filtiré o perforaba un bodoque con el punzón, tras la ventana, el visillo corrido, observaba a mi vecino que recalaba una vez al mes después de recorrer los pueblos con su carga de quincallas. Tenía los ojos verdes, el color de la piel de la aceituna del verdeo y la porte de un príncipe gitano. Se sentaba en el umbral a ver pasar a las mozas y decirles requiebros, pero era a mí a quien miraba.
Una tarde espesa de calor, en mitad de una siesta insomne, decidí quitar la tranca de la puerta para ir a la fuente de la Higuera a coger agua fresca con el cántaro. Y allí me lo encontré, afilando un palo con la navaja. No hizo falta hablarnos. Me encaramé de un salto a la grupa de la mula y salimos de allí, pueblo a pueblo, a vender quincalla.

PD: Estoy de vacaciones y no tengo internet. Disculpadme si no contesto a los comentarios, lo haré a la vuelta.

6/8/10

LA VENTANA DE VERANO (Relato leído por Marta González Novo) Tema: Marcela












EL PRECIO

Cuando atiza el fuego, entrechocan los troncos encendidos, chisporrotean y las llamas se avivan, crecen y se expanden hacia la boca negra por donde se van, envueltos en humo, los fantasmas de todos los que en su juventud la pretendieron. Cuando las tenazas caen de sus manos anudadas por la artrosis y el fuego decrece, mira a su lado, a la silla de aneas rotas por el tiempo, siempre vacía, y la duda roza tibiamente su frente. Pasa un ángel. Sonríe. Luego coge del plato la última uva.

23/7/10

LA VENTANA DE VERANO ( relato leído por Soledad Puértolas) TEMA: DULCINEA


GÓTIH NORMA JEAN

Y es en esta penumbra donde sólo eres piel nívea, Norma Jean. Me dan ganas de arañar tu brazo. Una línea muy fina, casi indolora. Para que corra un hilo rojo, para saber que no eres una invención mía. Mueves la cabeza, enérgica, y tu pelo se retira de la luna llena. Con accidentes, Norma Jean. Sombras de pestañas que alargan tu mirada. Y ese lunar redondo, perfecto, que remarcaste con carboncillo, a dos dedos de tu sien izquierda. Sombras a un lado de tu nariz, pequeña como un pellizco. Y esa gota de sudor buscando el cauce del canal de tus labios. Negros, bien perfilados, entreabiertos, dejando ver el blanco de tus dientes brillantes de saliva. Recojo la humedad de mi boca con la lengua cuando mis ojos buscan en tu cuello ese latido, apenas perceptible, que te da vida. Y entonces se acerca un moscón. Te vuelves sobre el taburete y le hablas. El vaso de bitter resbala de mis manos, se estrella en el suelo y salpica el borde de mi capa. Me miras unos segundos y haces un mohín feo. Luego das un trago ruidoso de tu brebaje negro y chispeante. Reparo en tus uñas de rapaz. Abres la boca dispuesta a dejar salir, otra vez, esa voz chillona. Me voy antes de que deshagas el encanto. Te espero a la salida, Norma Jean, bajo la marquesina del búho.

7/9/09



Los mejores relatos de La Ventana de Verano

Cada viernes la escritora Soledad Puértolas se asoma a La Ventana de Verano para animaros a escribir. El tema de esta semana es "LA ÚLTIMA JUGADA"

OTRA OPORTUNIDAD. Autora: Lola Sanabria.
(Relato leído por Juan Zavala)



¡No va más, señores!, dice el croupier. Luis pasa el brazo por la espalda desnuda de Aurora y le acaricia el cuello, como al desgaire, con la punta de los dedos. Yolanda abandona la mesa, cruza la sala, erguida, con la barbilla alta y los labios entreabiertos, como le enseñó mamá. Muñequita que se contonea sobre zapatos demasiado altos. Aguanta la sonrisa mientras saluda a los señores de Landra. “Con tanta cirugía, él parece un fósil a su lado”, piensa con rabia. Sale al balcón y se estremece con la brisa que entra del mar. Se arrebuja en su chal de seda azul. “¡Tantas horas frente al espejo para esto!”, susurra al fin derrotada, dejando que las lágrimas abran un camino salado en el maquillaje. La lucha ha terminado. Ganó la otra. Y de repente siente un alivio inesperado. Se descalza, deja que los hombros se curven, afloja la tensión de las caderas. Entonces siente el calor de una mano en el hombro. Se vuelve. El hombre de chaqueta blanca, bandeja plateada y sonrisa de porcelana, le dice: “Creo que le vendrá bien una copa”



30/8/09










Los mejores relatos de La Ventana de Verano

Cada viernes la escritora Soledad Puértolas se asoma a La Ventana de Verano para animaros a escribir. El tema de esta semana es La chica del perrito.

LA SEÑORITA DEL PERRITO. Autora: Lola Sanabria.

(Relato leído por Soledad Puértolas)

Recojo las bolsas vacías de patatas fritas, los envoltorios de helados, las botellas de plástico. Echo todo en la bolsa de basura. Sin prisas. Paso el rastrillo, dejando caminos en la arena, como tierra arada a la espera de la siembra. Descanso. Apoyo las manos sobre el mango y miro hacia la barandilla: pasean del brazo las parejas, regresan a casa las familias con la nevera y la sombrilla, y los niños devoran bocadillos. Me retraso. Se retrasa ella. Entretengo la espera ensayando: “¿Tomaría un café conmigo, señorita?”. Y entonces la veo a lo lejos: una línea curva cerrada con una correa y un punto al lado. Cuando llegue, entonces lo dejaré todo, subiré las escaleras y le cortaré el paso. Saldrán solas las palabras. Se acerca. Ya veo los mechones blancos en su pelo corto y negro, sus labios finos, su frente marcada por el guiño de los ojos cuando el sol la deslumbra. Su cuerpo pequeño. El cocker se para y olisquea la palmera. Ella se detiene un momento y me mira, luego da un tirón a la correa y pasa de largo. El rastrillo resbala con el sudor de mis manos. Tal vez mañana.

9/8/09













Los mejores relatos de La Ventana de Verano

Cada viernes la escritora Soledad Puértolas se asoma a La Ventana de Verano para animaros a escribir. El tema de esta semana es La casa del acantilado.

Iniciación. Autora: Lola Sanabria.

(Relato leído por Soledad Puértolas)


Conocí el mar cuando tenía diez años. Papá anunció una mañana de julio que en diciembre tendría un hermanito y mamá debía descansar. Pasaría el verano con la tía Leonor.
La tía Leonor se teñía el pelo de rubio y se pintaba de rojo la boca y las uñas de pies y manos. El primer día, dábamos un paseo por la playa cuando me llamó la atención aquella casa de postigos azules y paredes rojas, al borde del acantilado.
- ¿Quién vive ahí, tía Leo?- le pregunté.
- No te acerques a esa casa -, me ordenó. Y no quiso hablar más del asunto.
De día, la casa parecía deshabitada, pero de noche, iban y venían hombres y mujeres por el camino hacia la entrada alumbrado con luces de colores. Yo los espiaba desde la ventana de mi habitación, hasta que el sueño me vencía, con los prismáticos que me regaló papá para mi cumpleaños. Una de esas noches, el deseo de acercarme me desveló. Salté por la ventana y estuve merodeando por los alrededores.
- ¡Qué chico tan guapo!- escuché la voz de una mujer a mi espalda.
. Volví corriendo a casa y cubrí mi cabeza con la sábana. Entonces me llegó el olor de la mano que revolvió mi pelo. El mismo olor que descubrí en el brazo de mi tía aquella misma mañana cuando dejó sobre la mesa el tazón del desayuno.











Los mejores relatos de La Ventana de Verano.

Cada viernes la escritora Soledad Puértolas se asoma a La Ventana de Verano para animaros a escribir. El tema de esta semana es Las tormentas.


EN LA SIESTA. Autora: Lola Sanabria.

(Relato leído por Marta González Novo)


Restallidos de cuero y luz cimbreando el aire. Se despierta con el olor a humedad que baja de sierra Boyera, de Los Sillones. Se ha ennegrecido la raya de la ventana. Apaga el ventilador. Se levanta. Abre la puerta del patio. Vienen globos de cieno desde la loma del repetidor. Se golpean las nubes y una escalera de luz corta el cielo en dos mitades. Al fondo, muy al fondo, un punto se enciende. Árbol que muere. Saca los pies descalzos al agua que baja desde las tapias al sumidero. Chillan las ratas y esconden sus hocicos entre lodos removidos. Brilla el rojo de las tejas. Escurre el agua, entra en la boca del canalón y sale en chorro que barre un trocito de ladrillo del suelo. Cuatro pasos más. Mete un pie en el talón y los dedos que dejó en el cemento tierno cuando era niña. Cuenta: Uno, dos... Y el aire revienta. Cuenta: Uno, dos, tres, cuatro, cinco... Se aleja. Abre los brazos, sube la cara, saca la lengua. Agua. Luego el cielo se abre en colores que se doblan sobre el horizonte. Vuelve el calor.


9/1/08


Microrrelato ganador del 08/01, semana 15
Autor: Lola Sanabria García

"Ni idea", responde el hombre mirando sonriente el trozo de plástico sobre el césped mojado.
- Seguro que han sido los niños.
- ¿Y ahora qué hacemos?, - dice la mujer mirando muy seria la cabeza deshinchada del pato.
- Que se quede en casa.
- ¡Cualquiera se lo dice, con el genio que tiene!
- Créeme. Es mejor que se quede en casa.
- Yo no le digo a mamá que no puede venir con nosotros a la playa.
- En ese caso, yo me ocuparé.
- ¿Cómo?
- Entrará conmigo en el agua-, dice el hombre sin dejar de sonreír.
- Tal vez sea mejor que se quede en casa.

10/7/07






RELATO GANADOR DE LA SEMANA 10/11/06 DEL CONCURSO "EL MEJOR FINAL DE LA HISTORIA" Cadena Ser y Escuela de Escritores. (Comienzo de Juan José Millás)
Autora: Lola Sanabria.

El zapato izquierdo me venía pequeño, pero el derecho grande. Encendí la luz. Uno era el zapato de mi fiesta de graduación y el otro era de mi madre. Todo empezó cuando mi padre comenzó a llamarme con el nombre de ella. Luego metió en mi armario algunos de sus vestidos y por último aquel revuelto de zapatos. Esto no podía seguir así. Debía aceptar que mamá ya no estaba con nosotros. Dos golpecitos en la puerta y él asomó la cabeza y dijo: "María, el desayuno está listo". Abrí la boca para decirle que yo era su hija Rosa, pero me salió: "Ahora mismo bajo".












MICRORELATO GANADOR DE LA SEMANA 26/10/ 06 DEL CONCURSO "EL MEJOR FINAL DE LA HISTORIA" DE LA CADENA SER Y ESCUELA DE ESCRITORES. (Comienzo de Javier Reverte)

Autora: Lola Sanabria.

Le despertó un olor agrio a goma quemada; abrió la ventana, Madrid ardía por completo. Cerró la ventana, salió del apartamento y bajó un tramo de escalera. Un humo espeso subía del rellano. Iba a regresar cuando la vio. La cogió debajo de los sobacos y la arrastró hasta su piso. Puso toallas mojadas para tapar las rendijas de la puerta y después se sentó al lado de su vecina Mónica, que seguía desmayada. Cuantas veces, al cruzarse con ella en el portal, quiso invitarla a salir. Le gustaba su pelo rizado, que ahora veía seco y sin brillo, su piel blanca y suave, que de cerca mostraba pequeñas marcas de varicela, la boca de labios abultados que sin carmín se veían pálidos y finos. Cuando los bomberos consiguieron sacarlos de allí, ella seguía inconsciente y él ya no estaba enamorado.

NOSTALGIA


























RELATO GANADOR DEL
CONCURSO DE AUDIOGRAMAS DE LA CADENA SER Y ESCUELA DE ESCRITORES
Título: NOSTALGIA.
Autora: Lola Sanabria.

Cuando trajeron al abuelo a casa, dejó de hablar y se quedó varado frente al televisor. A veces, cuando yo volvía del colegio, lo veía con la mirada perdida en la negrura de la pantalla y le preguntaba qué estaba haciendo. Él nunca contestaba así que lo dejaba solo y me iba a mi habitación. Una noche mientras cenábamos, pasaron por televisión la explosión del Challenger. El abuelo dijo: “Valencia”, y una lágrima mojó su piel reseca.


RELATO GANADOR DE LA SEMANA 8/03/06 (El mejor final de la historia) de la Escuela de Escritores.
Comienzo de Juan Cruz.
Autora: Lola Sanabria.

He hecho un corto viaje hasta tu pasado y, mientras viajaba, encontré, que casi todo estaba en desorden. Recogí las perchas del suelo y las colgué de la barra, con el gancho hacia adentro, como a ti te gustaba hacer. Empujé los cajones vacíos hasta llegar al tope. Subí la bolsa de viaje que tú desechaste, a la balda más alta del armario. Alisé las sábanas y saqué el embozo de la cama. Sobre la coqueta brillaban los cristales con tu imagen fragmentada. Me acerqué con el cubo de la basura y fui a tirar un trozo con la mitad de tu boca, pero vi la súplica en tu ojo derecho y decidí dejarte marchar. Cogí el pegamento, recompuse la cara sobre el marco de madera y tu imagen se desvaneció en el espejo.