8/8/23

CEGUERA- Seleccionado en el mes de junio en el concurso de microrrelatos de abogados

 

                                                             Tomada de la red

 

Brillante, acostumbrado a ganar litigios complicados en el estrado y a machacar a sus contrincantes en las elecciones al Colegio de Abogados, se tenía a sí mismo como un esposo y padre afable y justo en los castigos y no aceptaba de buen grado su retirada. Pactar con él no había sido fácil. Podría recorrer la casa a pie de mar que siempre quiso alquilar su mujer, y él le negó, para las vacaciones; ver a las pequeñas dormir plácidamente; a las mayores con un bullicio alegre en la cocina; a su mujer, con los labios sujetando un ramillete de alfileres y una sonrisa, mientras metía la bastilla de la falda para la fiesta en la playa. Entendería por qué le supo raro su café y, entonces, solo entonces, aceptaría subir a la barca, acompañarme al otro lado y dejar a la familia vivir en paz, sin amenazas, ni golpes.