4/10/17

FRACTURA

Tomada de la red.

La luz que entra.
La luz.
Los niños espían anhelantes,
dentro de la oscuridad del armario.
Los niños, ¡ay los niños!
Todo sea por los niños.
Papá y mamá lo intentan con arrumacos.
Sobre la cama blandita,
con cabecero de níquel y dosel de bandera.

La luz que entra laminada y lechosa.
La luz con pispirris de café amargo.
Mamá se enreda en un sudario de sábana.
Papá llora decepción, enrocado.
Visten sus lutos y se alejan.
Cierran los ojos los hermanos,
juegan a quererse a mordiscos y besos ensangrentados.

La luz que entra laminada y lechosa.
La luz que agoniza y se cuela por las rendijas de la ventana.
Las porras golpean los postigos y las puertas.
Papá y mamá deambulan como fantasmas asustados
en el silencio ofuscado de la casa.

4 comentarios:

LA CASA ENCENDIDA dijo...

Qué bien descrito Lola. Me ha gustado mucho.
Besicos muchos.

Lola Sanabria dijo...

Muchas gracias, Nani.
Par de abrazos.

Yolanda dijo...

Ayyy cuánta desolación encierra este poema! Ay los niños!
Suerte, Lola.

Lola Sanabria dijo...

Gracias Yolanda.
Un gran abrazo.