5/3/15

RELATO SELECCIONADO EN EL PRIMER CONCURSO DE MICRORRELATOS DE TERROR ORGANIZADO POR EL FESTIVAL DE CINEMA DE TERROR DE SABADELL Y LIBRERIO DE LA PLATA

Tomada de la red.


TRANSFORMACIÓN


Ahora cimbreo mi talle a su paso. Su bufanda me roza. Pero él no me ve. Pasa ligero, arrebujado en el abrigo que le regalé, con la cabeza gacha, tal vez vencida por el viento, quizá por el peso de la tristeza. Sabíamos del peligro. Ocurría cuando no podías esquivarlos porque no los veías.
     Un último brote de rebelión me llevó a salir de casa cuando aún no clareaba el día. Cruzaba el parque ya sin farolas encendidas, en ese momento donde la luz del sol no se decide a entrar a la vida y la oscuridad muestra sus dientes afilados. Estaba a punto de conseguirlo cuando mis pies se levantaron del suelo y llegó el abrazo enramado, el tránsito a tronco y raíz.
      Me he encontrado con los vecinos y su niña. Espero, paciente, un descuido de él para traerlo conmigo mientras me entretengo atrapando a los que se atreven a desafiar la ley de la frontera.

8 comentarios:

Miguelángel Flores dijo...

Fantástico, y nunca mejor dicho. Yo también me presenté, siendo mi ciudad. Pero nada. El año que viene.
Un abrazo, Lolaza.

Miguelángel Flores dijo...

Por cierto, pedazo jurado el que había!!!

Lola Sanabria dijo...

Ya sabes, Miguelángel, que con los relatos ocurre que unos llegan al jurado y otros no, aparte de que sea un buen jurado.

Abrazos acogedores.

Rubén Pesquera Roa dijo...

Muy bueno, ¡enhorabuena!

Amando García Nuño dijo...

Fastuosa tu habilidad para crear atmósferas. Se masca el desasosiego, a ambos lados de esa frontera de luz.
Abrazos, siempre

Lola Sanabria dijo...

Mil gracias, Rubén.

Desde ahora, Amando, no te acerques a un árbol cuando llegue la noche. Advertido quedas.

Abrazos a pares.

Yolanda dijo...

Excelente, coincido en lo que comentan por aquí de la inquietante atmósfera que envuelve no solo el relato, sino también al lector.
Felicidades y a seguir triunfando.

Lola Sanabria dijo...

Terroríficamente agradecida quedo, Yolanda.