Mil gracias a Conejilopa Smith por la excelente entrada que le ha hecho a Partículas en suspensión. Aquí podéis entrar y comprobarlo. Os dejo el microrrelato seleccionado del libro, pero hay más, muuuucho más en la revista.
HERMANO
De repente
entró la noche con un reguero de pólvora detrás de las cortinas. Un
ruido de golpes firmes y apagados de toallas se coló por los encajes.
Soportar el miedo separado por un tejido de hilos de araña. No salir,
dejar que pase el frío y el calor que se alterna sofocando las orejas,
helando las manos. Inmóviles los pies, el pulso saliendo en bocanadas de
espanto. Un nuevo golpe y la nada. Dos seguidos y el silencio. Desde
su cobardía pide escuchar una voz de dolor o de furia, cualquier cosa
que le llegue humana. Pero pide al aire, a la nada y nada le llega que
no sean esos latigazos de felpa. Y cuando todo cesa, deja su escondite
chapoteando en el charco que tiene a sus pies y antes de ir a secar sus
ropas, se queda mirando un momento el bulto ovillado en el suelo y
comprueba que se mueve a ritmo de respiración y de llanto contenido.
Entonces le pasa la mano por el pelo y después huye hacia el cuarto de
baño procurando esquivar la sombra del padre.
Y aquí el enlace a un microrrelato inédito de mi autoría que os dejo más abajo.
Ilustración tomada de la revista irreductibles.net |
PARADOJA
Tiene fijación con los juegos
infantiles, pero nos deja escoger. Asistí como observador al de la Oca:
una agonía más larga con diferentes métodos pero final cierto. Elegí el
de piedra, papel o tijera porque se resuelve rápido. Él me mostró una
sonrisa fea. Después de un par de rondas en las que mis tijeras cortaron
su papel y mi piedra rompió su tijera, su papel envolvió mi piedra.
Salimos del calabozo y de camino al patio, me preguntaba cómo lo haría.
Hasta que he visto las enormes bolas hechas con periódicos prensados y
cinta adhesiva. Alguna, aún se mueve.
4 comentarios:
Lola, como siempre dejas sin palabras y en este casa con la piel como una gallina asustada. Consigues tu objetivo. Muchas felicidades.
Besicos muchos.
Susto da pensar en que han ocurrido cosas tan o más gordas, Nines.
Abrazos encantados.
Asombra tu capacidad para horadar las historias, para manejar la atmósfera del relato como quien se abre paso en la selva a machetazos.
Si usara sombrero, me descubriría.
A ver si un día paso a verte y charlamos un rato.
Abrazos, siempre
Gracias, Amando. Me gustó esa imagen abriéndome paso en la selva a machetazos.
Pásate cuando quieras.
Abrazos enormes.
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