3/11/13

LADRONES ESENCIALES

Fotografía tomada de la red.


Mientras desayuno, los  gorriones van y vienen y picotean el arroz tostado que dejo sobre el alféizar de mi ventana. Los veo cortar el aire, libres, arriba, abajo, a un lado y a otro, con sus alegres trinos, y me convierto en Peter Pan y vuelo entre sus alas.
     A mediodía, observo a mi padre sacar un tirabuzón de piel de la fruta, trocearla y dejarla en el plato. Voy a mi habitación y me transformo en el joven Robin Hood que corretea por el bosque y ensarta manzanas.
     A la caída de la tarde, mi madre me baña, viste, peina y echa colonia. Luego viene mi amigo Roberto a buscarme y me enseña las entradas. De camino al cine, no para de hablar mientras empuja mi silla. Entonces yo soy Mario Santos, un chico de barrio dispuesto a absorber y dejar sin protagonista una nueva película.

11 comentarios:

Pedro Sánchez Negreira dijo...

Latigazo final que nos encoje el corazón, Lola.

Un micro con sello de denominación de origen.

Un abrazo,

Miguelángel Flores dijo...

Imagino que cuando uno tiene limitada la movilidad, toda la energía que se ahorra la invierte en imaginación. Qué gusto pasar, que hacía días...

Un abrazo, Lola.

Lola Sanabria dijo...

Mejor que un latigazo nos encoja el corazón que dejarlo frío, Pedro.

La imaginación no necesita piernas para volar, Miguel Ángel.

Doble ración de abrazos.


Juan Leante dijo...

Inquietante relato que me hace pensar en que casi siempre pienso en lo que me falta y muy poco en lo que tengo.
Un besazo.

Lola Sanabria dijo...

Muy buena reflexión, Juan.

Besos placenteros.

Amando García Nuño dijo...

Tiene una madre que lo peina, un amigo que lo acompaña, y una imaginación que lo habita... Es más afortunado y más rico que la mayoría de los que nos movemos con dos piernas.
Abrazos, siempre

Lola Sanabria dijo...

Has utilizado otra mirada para ver lo que los estereotipos no dejan. Un acierto, Amando.

Doble de abrazos.

CDG dijo...

Sin duda ese final marca el resto del relato y nuestro pensamiento entero.
Un abrazo.

Lola Sanabria dijo...

Mil gracias, Carlos.

Abrazos a pares.

Cora . dijo...

Verdaderamente conmovedor.
Y terrible, desde la perspectiva adulta de esa otra invalidez que, agazapada, afirma su presencia sin avisar...

Una sabiduría especial la tuya para darle imaginación multicolor a esa positiva y hermosa criatura.

Lola Sanabria dijo...

Y una sensibilidad especial, la tuya, querdida Cora, para reconocerla.

Abrazos de larga duración.