Plenilunio. Día de los
Muertos. Noche cerrada. Año tras año, empuja la verja del cementerio y busca
donde tumbarse a esperar a que la muerte venga a buscarla para llevarla junto a
su hermana. La lápida de Rosalía González brilla bajo la luna en todo su esplendor.
Está fría y dura. Se estira, cierra los ojos y cruza las manos sobre el pecho.
«Estoy preparada», dice. Se oye el
ulular de la lechuza y el ladrido de un perro lejano. Luego el silencio. Desde
bien chiquita escuchó el relato de labios de su abuela. « ¡Ay, mijita, ay!
Erais dos dentro de la barriga de tu madre. Dos. No una. Y no podía ser. Una de
las dos sobraba. No había espacio dentro de la culebra. ¿Entiendes? Sobrevivió
la más fuerte. Esa eres tú. María, porque tu mamá se empeñó en darle nombre,
nació con una vuelta de cordón al cuello, moradita la pobre. Ahorcada por manos
inocentes». Ximena lloraba y corría a los brazos de su madre. «No hagas caso de
tu abuela. Está perdiendo la cabeza», la consolaba. Pero a la niña le quedó
grabada la historia. Quería ir con la hermana para pedirle perdón y estar
siempre con ella. Suspira hondo. Ya está a punto de levantarse cuando escucha
pasos. Muchos pasos. Abre los ojos. Allí está, con su cuerpo de huesos, la
máscara con forma de cráneo y el pelo encrespado. «Quiero que me lleves con mi
hermana muerta», suplica. «Si es lo que quieres…», dice una voz que Ximena, por
un momento, cree reconocer. Van llegando más convidados. La rodean. Rasgan sus
ropas. La ultrajan y la apuñalan hasta desangrarla. Después la sacan del
cementerio y la meten en el maletero de un coche. Viajan, aún de noche, hasta
llegar a su destino. Amanece un día espléndido. Bajo tierra del desierto de
México, duerme Ximena.
4 comentarios:
Es muy duro, pero es Méjico. Me gusta. Mucho
Abrazos
Gracias, Elena, guapa.
Un abrazo gordo.
ATURDIMIENTO:
"...la colada tirando a azul de tan blanca, y los cristales de las ventanas con la transparencia de quien va a sacar la cabeza al viento y se la llena de puñales,..."
una muestra para preguntarme como ordenas tu talento para definiciones tan bellas dentro de una dureza que espanta de desolación.
Bravo!
Siempre me regalas las perlas de tus comentarios.
Besos agradecidos, querida Cora.
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