Un alegrón este premio especial de Sant Jordi. Y muy bien acompañada por Miguel Ángel Cejudo, Mei Morán, Rafael Olivares y Paloma Hidalgo.
Si queréis escuchar el relato pinchad aquí. A partir del minuto 8:10.
Hacía un día espléndido.
Cerró el libro y salió de casa. De camino a la floristería, La señora Dalloway
la acompañó en sus reflexiones. Román preparaba un ramo de azucenas. Dejó la
tarea y se apresuró a servirla. ¿Lo de todos los años?, preguntó mientras separaba la
flor del montón. Dos, puntualizó ella.
Salió de la tienda y
subió al autobús. Al llegar a su destino era media mañana. Anduvo por las
veredas con las dos rosas unidas por el tallo en su mano derecha. Dejó una
donde yacía el marido. La otra, sobre la lápida de su querido Alberto.
7 comentarios:
Bueno, así debería ser siempre, al Cesar lo que es del Cesar y a Dios lo que es de Díos.
Enhorabuena por este Sant Jordi.
Besos.
Muchas felicidades. Es un buen relato para el día de hoy y sobretodo, para leerle siempre.
Besicos muchos.
Gracias Juan, una rosa y un libro para ti.
Muchas gracias, Nina.
Abrazos a pares.
Es lo que tiene andar acompañado por la señora Dalloway.
Abrazos, siempre (las enhorabuenas casi sobran, de sabidas y continuadas)
Son compañías que siempre dan que pensar, Amando.
Un abrazo bien guapo.
Lola, este texto no me ha llegado. No obstante, quiero felicitarte por el premio.
Un abrazo.
Gracias, Nenúfar, por dejarme tu sentir, siempre.
Un gran abrazo agradecido.
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