Dibujo tomado de la red. |
La Nena junta bien
sus piececitos, confortables dentro de los mocasines de piel tostada que le
compró mamá. Linda, con su pelo enlazado por un coletero rematado en un
ramillete de lilas, blusa inmaculada y falda añil, observa desde su silla el
trajín de su papá al lado de la cama, las palmadas para ahuecar la almohada, la
voz amorosa. Y se pregunta la Nena
cuánto tiempo más deberá esperar a que la naturaleza actúe por sí sola. No
quiere, no, que su mano inocente tenga que acelerar ese final inevitable para quedarse al fin, ella sola con papá.
4 comentarios:
Uy, uy, qué miedo me ha dado la Nena... Espero que nada terrible suceda.
Muy entretenido Lola, me gustó mucho esa bonita Nena. Saludos.
Hay amores que matan, Yashira.
Un abrazo guapo.
Habrá que comprarle unos guantecitos, a la nena, para sus manitas. No sé vaya a congelar tanta inocencia.
Un día de estos tengo que pasar a la salida de tu curro a charlar ante un café.
Abrazos, siempre
Sobre todo que los guantes no dejan huellas.
Cuando quieras, Amando, te pasas.
Un abrazo bestial.
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