Imagen tomada de la red. |
Todos los días, a la misma hora, en el mismo vagón. Sentada, con un mechón de pelo color trigo quebrando el trazo delicado de su cara. Fija la mirada, los pulgares disparando como gatillos sobre el teclado. Y aunque lo intento, siempre de pie, desde mi agotamiento crónico, no puedo dejar de mirarla. Guapa, con una juventud insultante y ya cansada. Me dan ganas de actuar. Me dan ganas de arrebatarle el móvil y lanzarlo a la vía. Porque debería estar cambiando el mundo y no matando bichos o lo que coño haga todo el puto viaje en esa pantalla.
8 comentarios:
ayyy. te pasa como a mí. Me dan ganas de quitarles de las manos esos trastos y decirles que miren de frente a la vida.
Me gustó mucho, señora madre de un hijo excelente. Oye, me siento yo muy orgullosa y no tengo nada que ver.
Muchos besos y abrazos
A lo mejor es que... no sabe ni por donde empezar. Lo que tampoco es excusa.
Cuánta razón y qué ganas de repartir collejas a veces
Besotes
Gracias, chicas. Un placer recibir vuestra visita.
Mil besos.
Da pena.
Muy bueno.
Un beso.
Vaya, ignoras que te está enviando un wasap. En él, posiblemente, te advierte de la fugacidad de la vida, esa que tú ( y todos) desperdiciamos sin actuar. Sin actuar, tampoco.
Abrazos, siempre
Mil gracias, Carlos, Amando.
Abrazos grandes y perdurables.
Creo querida Lola que el ojo velado te hace en esta ocasión ser inmise-ricorde con esta visión de la criatura y su tableta. Tan cruel como un tío mío con el gato familiar, Pichi, que tampoco hacía otra cosa que recordarle fijamente con su mirada felina, que no era nadie en el gineceo de su hogar. Lo que le valió, al minino, una protuberancia en el ojo izquierdo que le duró una eternidad.
Quizás esta y otras criaturas solo tengan esta vida en los dedos porque el alrededor les resulta tan frío como aquel hogar del tío mío aquel q.e.p.d.
Un abrazo misterioso
¡Pobre y arrogante Pichi! El que la hace la paga, debió pensar después del "incidente", avizor de ojo.
Un abrazo sin bicho.
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