Fotografía tomada de la red. |
Si no por mí, hazlo por ellos. Anda, tómate esto, no te dolerá, te lo prometo, le dice. Y le ofrece las pastillas y el vaso de agua. Él mira el cuerpo enflaquecido de sus hermanos, las costras, los ojos de hambre. En unos días estás en la calle, en esa esquina tan buena que te reservamos. Una mina, ya lo verás, enseguida llenarás el plato de monedas y podrás irte a descansar, insiste ella. El niño traga las píldoras. Dos segundos antes de meter la mano en la prensadora, se pregunta si de verdad aquella mujer será su madre.
23 comentarios:
Qué duro Lola. Duelen las carnes en cada palabra. Buaf Dura realidad...
Un saludo indio
Mitakuye oyasin
La crudeza de tu relato aderezada con esa foto desgarradora hace que me sienta muy mal. Sí, no me cabe en la cabeza formar parte del cuerpo de una béstia capaz de masacrar a sus crías y no haber reventado al primer intento.
Besos.
Buf, brutal, bestia. No sé hasta que punto dejas una pequeña - mínima - fisura en la figura de la madre, y deslizas parte de la culpa a esa sociedad. Pero el resultado sigue siendo devastador.
Abrazos, besos.
Qué durísimo, Lola. Y lo peor es pensar que no es sólo ficción de la buena, de la que nos tienes acostumbrados, es mucho más.
Un abrazo largo.
Brutal, Lola. No te duelen prendas a la hora de denunciar.
Me asombran tus cambios de registro.
Besos
No puedo quedarme callada, porque quiero que sepas que estuve que te leí y que se me encogió el corazón; pero ¿qué puedo decir?
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Un beso.
Jo-der! Me ha recorrido un escalofrío por todo el cuerpo al leer este micro, Lola. Lo peor de todo es que esta práctica se utiliza en algunos paises. Terrible, terrible. Abrazos angustiados.
Lola, es un relato estremecedor, duro y real, por desgracia. Si los que verdaderamente mandan quisieran repartir sus ingentes riquezas entre todos, no tendríamos que vivir escenas tan lamentables como las de muchos países de África, por ejemplo.
Y es que son una verdadera mafia.
Abrazos solidarios.
La realidad supera a la ficción, desgraciadamente, David.
Si reventaran al primer intento todos los que nos patean, otro gallo cantaría, Juan.
No sé yo, Agus, si será realmente su madre.
Sí, esto ocurre, y más, Miguel Ángel.
Claro, Susana, de vez en cuando un alivio de letras, luego un poquito más de denuncia.
Eso, Luisa, que se te encogió el corazón.
Y la práctica se va extendiendo, Maite.
Los que nos roban, siempre quieren más y a cualquier precio, Nicolás.
Abrazos y besos a repartir.
Ser madre y tener sentimientos maternales no es lo mismo. Nacemos como hojas en blanco y la vida nos convierte en hojas de afeitar.
Besos
Durisimo y real; crudo como la vida misma. No debemos levantar el vídrio tonalizado de la limusine como dice Moria Casan para escarpale. Debe ser parte de nuestras plegarias y/ó relatos, poemas, etc.
Debemos ser parte.
Muy bueno y conmovedor.-
Dios, Lola, cómo sabes tocar las conciencias. Y lo peor es que esto ocurre en todos los ámbitos. Un beso (la foto tremenda).
La fotografía es real, Mar. El relato se queda por debajo de esa realidad.
Abrazos con añoranza marina.
Lo de las hojas de afeitar te ha quedado muy agudo, o afilado, que para el caso es lo mismo, Alberto.
Walter, la vida se encarga de ponerte las cosas ante los ojos. Otra cosa es que nos los tapemos.
Abrazos a tope.
¡Joder, Lola! ¡Qué daño hace!
Me has dejado sin palabras, con el alma hecha añicos por la verosimilitud -aunque debería decir veracidad- de la historia.
Sin tu permiso, me la llevo para compartirla.
Un abrazo,
uf! duele el alma y loran los ojos, hay que seguir luchando!!!
Besos!
Sin permiso concedido, Pedro.
Abrazos agradecidos.
Joder Lola. Qué puñetazo me has dado en la conciencia.
No quiero ni pensar cuántos hay así.
Con tu permiso yo también voy a compartir, tu voz y tus relatos deben ser visibles.
Muchos besos
Duro relato, Lola. Cuando estuve en La India vi a un niño como el de la foto, de unos cuatro años, con su hermano recién nacido como si fuera un peluche pidiendo. Un beso.
Y luego dicen, Juan Luis, que lo del alma es un camelo.
Llevátelo, Elena, pero no a la espalda que pesa mucho.
Son imágenes, Manu, que se te quedan grabadas para siempre.
Triple de besos solidarios.
Reflejas una realidad durísima y lo haces como "constatando". Es el lector el que saca sus consecuencias. Eso me ha encantado.
Besos.
Me gusta mucho ese objetivismo aparente del relato. Es por eso por lo que impacta.
¡Alena, hermosa, qué bien haces tus críticas!
Abrazos dobles.
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