Fotografía tomada de la red. |
Yo tenía una prima, pecosa y rubia, con la que me iba a casar de mayor, y una peonza bicolor. Enrollaba el cordel blanco, lo aseguraba con la chapa aplastada por el tren, entre el índice y el corazón, y la hacía bailar sobre la tierra apelmazada y roja del corral de las gallinas. Ella, con la muñeca asfixiada bajo un brazo, aplaudía entusiasmada a la estela azul y verde en movimiento. Hasta que llegó el primo Julián y lanzó su carnicero contra mi peonza. Le dio de lleno y la madera se abrió en cuatro partes. Lo agarré del jersey y le di un empujón. Cayó de espaldas, golpeándose en la nuca con el palo del gallinero. El juego acabó.
27 comentarios:
"El juego acabó", tremendo. La tragedia siempre está ahí, acechando, a la espera. Quizá, nos guste o no, porque es parte implícita del juego, aunque termine con él. No obstante, en el final se cifra todo, y uno acaba como la peonza, dando vueltas y más vueltas, y preguntándose por el sentido o sin sentido de todo, hasta que ésta deja de danzar. Genial Lola, otra vez.
Abrazos, besos.
"Hubo un tiempo en el que tuve una vida por delante... hasta que el palo más sucio que he visto, lo echó todo a perder".
La vida en los pueblos, una peonza, la chapa aplastada por el tren... los juegos en la calle, en la plaza, en el gallinero.
Me ha gustado mucho. Y tu forma de narrar la historia (distante, desafectada), le quita todo el dramatismo que cabría esperar; como si el protagonista relatara un juego en lugar de una muerte.
Muy bueno.
Un beso, Lola.
Excelente título que hace referencia a la ruptura de la peonza y a la ruptura de la vida del protagonista. A veces, un hecho fortuito cambia por completo tu mundo y como tú bien dices, acaba el juego. A mí me parece en cierta forma, un micro de iniciación. Un beso.
Un micro un poco tramposo, que empieza contando una historia y acaba, con otros personajes, contando otra.
Fracturas
La tragedia, querido Agus, surge donde y cuando menos se espera.
Petra, quizá el drama está en la contención del dramatismo. Hay bastante de añoranza en los juegos de antes.
A mí también me parece un micro de iniciación, Mar.
Luisa, por más que leo y releo el micro no veo ni la trampa ni que acabe contando otra historia con otros personajes. Me lo expliques, porfa.
Abrazos triplicados.
Qué final tan abiertamente destinado a dejarlo claro. Por supuesto algo así malogra una boda, aunque sea imaginada.
Me quedo, Lola, especialmente con esa muñeca asfixiada bajo el brazo de la prima que aplaude.
Buenísimo, como siempre.
Un abrazo dominguero, con brazo de gitado de postre.
Cuando alguien trata de impresionar, sobre todo a una chica, hay que andarse con cuidado para no meter la pata. Sobre todo si se tienen esos años. ¿Cuántas peleas habré presenciado en mi vida a causa de estos asuntillos? Un montón.
Excelente descripción de estos rasgos que conlleva la infancia.
En los adultos suele ser peor.
Besos.
Me alegro, Miguel Ángel, que te guste la muñeca asfixiada bajo el brazo de la prima, a mí también me gustó.
En los adultos, como dices, Juan, suele ser peor porque se actúa a veces con ánimo de hacer daño, pero daño.
Abrazos dobles.
Me encanta el título y cómo en cuatro líneas presentas tres vidas fracturadas por un momento, una casualidad, un mal golpe
saludillos
Excelente, Lola!! Coincido con Mar y vos en el concepto de micro de iniciación. Me remite a "Final de juego" de Cortázar.
El cierre es un cachetazo.Contundente. Un placer leerte, Lola. Saludos van!
¡Formidable, Lola! Tan bueno como perturbador.
Me parece brillante cómo logras, a través de la voz escogida -llena de inocencia- seducirnos hasta el golpe final.
Además de los elogios que ya figuran en los comentarios previos -y de los que vendrán después de este- no puedo marcharme sin decir que para mí -por la cantidad de características claras del género que posee- este micro es de antología.
Un abrazo, Lola y toda mi admiración.
El ´título, ya de por sí contundente, nos lleva a un relato de igual cualidad.
Una peonza, un simple juguete que destroza una vida.
Bueno, Lola, como siempre, cuánto me gustan.
Cierto, ranita, la fatalidad que se cuela por cualquier rendija de vida.
No he leído "Final de juego", Sandra, voy a ver si lo encuentro, siendo de Cortázar seguro que me encanta.
Me alegro de que te haya gustado tanto, Pedro. ¡Nada menos que de antología!
Me gusta que te hayas fijado en el detalle de la peonza, pieza fundamental del relato, Elena.
Abrazos, muchos.
Lola, duro relato en el que se demuestra que un lamentable accidente te puede cambiar la vida. Lo que me ha encantado es con que naturalidad has presentado a los personajes y los has deslizado todos juntos en el escenario.
Abrazos con escayola.
Ah, qué me has sorprendido. Era un relato de juegos, de habilidades y colores y risas y... Sí, la vida da zarpazos como ésos.
Muy duro, Lola
Y extraordinario, como siempre.
Besos
Qué fragil que es la vida. Enhorabuena, me encantó. Un abrazo.
Francesc Barberá
Un final trágico donde los haya, menudo final, me ha dejado impactado. Un abrazo, Lola.
Has descrito muy bien lo que es la vida infantil, Patricia.
Cierto Francesc, como hilo de telaraña.
Abrazos dobles.
La realidad puede ser más dura que la ficción, Manu. Y cosas así pasan.
Abrazos consoladores.
Cuantas fracturas de vida parten de un simple accidente, de una violencia de la vida.
Un abrazo
El título ya es contundente. Y esa peonza también, desencadena la tragedia y nos lleva hasta ese final sin concesiones. Muy visual también, Lola, me he sentido ahí y espectadora de la escena.
Besitos
Pendemos y dependemos de un tejido, a veces tan frágil, como la tela de araña, Anita.
Me alegro de haberte arrastrado, Elysa. ¡A disfrutar que son dos días!
Par de abrazos.
Osti. A mi también me has matado.
Besos.
No, Tor, no te dejes matar por un palo.
Abrazos curativos.
Se me corta el aliente al mirar esta tragedia, nada griega, que transformas en tal en la fracción de segundo de un movimiento que no la buscaba.
Impresionante, Lola.
Sí, querida Cora, la vida es como un hilo que puede romperse en cualquier momento.
Abrazos, todos los que quieras.
"El juego" o la vida puede acabar en un segundo, si. Me gusta como lo cuentas Lola, me gusta la prima pecosa y las expectativas que se truncan en un segundo.
Besos desde el aire
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