20/7/11

ENSAYOS (finalista del concuso de microrrelatos Eñe. Ganador de la semana del programa Wonderland)

Repaso sus ropas, las plancho, las doblo, les introduzco caramelos en los bolsillos del pantalón. Coso el ojo del hipopótamo, los lunares a la mariquita. Les preparo macarrones, croquetas, albóndigas, pizza, hamburguesas. Lo guardo todo en tupers etiquetados dentro del frigorífico. Dejo pan con chocolate sobre la mesa de la cocina, para la merienda. La última vez llegué hasta la estación, hoy tal vez pueda coger ese tren.

Wonderland


Repaso sus ropas, las plancho, las doblo, les introduzco caramelos en los bolsillos del pantalón. Coso el ojo al hipopótamo, los lunares a la mariquita, la estrella a la varita del hada madrina. Les preparo macarrones con tomate, arroz, croquetas, albóndigas y hamburguesas. Lo guardo todo en tupers etiquetados, dentro del congelador. Dejo leche y pan con chocolate sobre la mesa de la cocina, para la merienda. Escribo con mayúsculas una nota de despedida y la sujeto con un Bob Esponja a la puerta del frigorífico. La última vez llegué hasta la estación, tal vez hoy pueda coger ese tren.

26 comentarios:

AGUS dijo...

Es una pieza estupenda. Retratas la grandeza de la figura materna a través del sacrificio. Una historia que nunca pasará de moda, excepcionalmente contada, que debería hacernos reflexionar acerca de muchas cosas. Y creo Lola, que en estos tiempos que corren, la figura materna es un espejo donde mirarse una y otra vez. Me encantó, y siempre estuvo entre mis favoritos. Felicidades.

Abrazos, besos.

PD: Cuando estudiaba, un profesor de antropología que en sus ratos libres era voluntario en un centro de enfermos terminales de Sida, siempre nos contaba que al final, siempre al final, día tras día, siempre había una madre acompañando a su hijo hasta el último instante.

Jesus Esnaola dijo...

Muy buen micro, Lola. No pudo ser.

Besos

Lola Sanabria dijo...

Gracias, Agus. Es cierto. Cuando te vas a morir siempre llamas a tu madre.

No pudo ser, Jesus, pero se lo llevó Manu que bien lo merecía, al igual que Agus.

Besos a repartir.

Unknown dijo...

Qué gran micro, Lola!

En mi país hay un dicho, tonto y burlón si se quiere, que dice 'no sé por qué será que si el ternero está atado la vaca no se va'

Esta mamá no quiere separarse de sus niños, aunque añore otros horizontes. Creo que hasta ahora ha tomado una buena decisión. Los niños crecen.

Es un gran honor llegar a finalista en un premio tan importante
Enhorabuena

Besos

Araceli Esteves dijo...

Genial, Lola, qué bien describes ese no poder llegar al tren de la propia vida de una madre sacrificada.

Elena Casero dijo...

A pesar de no haber llegado a la final, mis felicitaciones. Te voté en su día porque el micro me gustó mucho. Lleva tu sello.

Un abrazo

Rosa dijo...

Es muy triste Lola, los sacrificios de una madre...

Si yo hubiese tenido que elegir no hubiese sabido...Son geniales.

Besos desde el aire

Elysa dijo...

Estoy contenta de bloguear entre tantas figuras, ganador y muy buenos finalistas. El jurado lo debió tener difícil.

Besitos

Nicolás Jarque dijo...

Enhorabuena Lola, otra vez entre las mejores, cuando no la mejor. Es que tiene madera noble de escritora.
El micro es soberbio lleno de ternura inicial y de una historia final que no se dice pero se adivina.

Me ha encantado, un beso de felicitación.

Lola Sanabria dijo...

Patricia, Araceli, Elèna, Rosa,Elysa, Nicolás...buen ramillete de rosas y jacinto. Agradezco muchísimo vuestros comentarios.

Besos madrugadores.

Odys 2.0 dijo...

Has cambiado de avatar. Gafas de sol a lo terminator, pulseras, melena rubia al viento... Apoyada en el pretil, el ojo de diseño parece haberte inmortalizado en un momento de pensativo tránsito. O quizá estés contemplando algo?

Una delicia de micro aderezada con esos pequeños y precisos detalles de la vida cotidiana, tan presentes en tu obra, inextricablemente ligada al devenir del día a día, a esas rutinas que parece que nuncan cambian hasta que llega ese instante en el que todo cambia para siempre.

Besos.

Maite dijo...

El jurado estuvo muy acertado a la hora de escoger los finalistas, y eso que no lo tenía fácil ante el aluvión de textos, pero lo que brilla, lo hace el solo o en medio de una avalancha. Felicidades Lola, hay mucha calidad en este texto. Besos.

Pedro Alonso Da Silva dijo...

Una historia que me impacta por lo sencillo de su planteamiento y lo profundo de su mensaje. Enhorabuena por tu condición de finalista.

Un beso.

David Moreno dijo...

Enhorabuena por ser finalista, tu micro lo merece. Sobretodo por el mensaje, una madre a pesar del esfuerzo, del cansancio y de estar cerca de abandonar, siempre está ahí. Quizá falte un poco de fuerza al final, no sé.

Un saludo indio

R.A. dijo...

Lola, me gusta mucho. De verdad era uno de mis ganadores. Lo sabes

Besicos

Anita Dinamita dijo...

Ayer precisamente cosía parches a un muñeco y le hice un traje con un calcetín, además de las meriendas, acostarles y un montón de etcs, así que si, no llegaré al tren pero... qué gusto, no?
Abrazos Lola y enhorabuena por ser finalista que ya es mucho

Rocío Romero dijo...

Felicidades por la clasificación Lola, el micro es muy de los tuyos, de los que a mí me llegan de un golpe. Me encantó. Los detalles que escoges siempre me llaman la atención, los caramelos, el chocolate, el hipopótamo. Magnífico.
Miles de besos

Lola Sanabria dijo...

Alberto, el cambio viene al pelo. Buen análisis del micro, donde vas más allá de lo evidente.

Supongo que sí, Maite, que lo tuvo difícil, también se les escaparon muy buenos micros ante tanta avalancha.

Me alegro de que te haya llegado, Pedro.

Claro, Indio, una madre siempre está ahí, aunque a veces también desearía estar lejos.

Ya lo sé, Rosana, me lo dijiste en su momento.

Seguro que hiciste una buena labor de costura, Anita, con todo el cariño de madre.

Me gusta que te fijes en esos pequeños detalles, Rocío, porque sé que tú también te detienes en una mota de polvo y la haces brillar en tus micros.

Besos agradecidos y a puñados a compartir.

manuespada dijo...

Bien podría haber ganado tu micro Lola. Es maravilloso, una madre que se quiere ir pero que no puede cuando se acerca el momento. Una vez me contaba un corresponsal de guerra, que los soldados moribundos siempre, siempre, acababan sus horas llamando a su madre. Un beso desde Puerto Rico. Ya me llegó la maleta, al fin.

Lola Sanabria dijo...

Muchísimas gracias, Manu, por tu generosidad, pero Matrioskas era y es justo ganador.

Besos volados para que lleguen tan lejos.

P.D. A ti, en vacaciones,que te echen un galgo ¿eh? O, como diría mi abuela: ¿Qué coño se te ha perdido en Puerto Rico? Disfruta.

Juan Leante dijo...

No deja de sorprender que una madre llegue a estar tan saturada. Siempre se le supuso que no cabía en su cabeza mirar para otro lado, ni siquiera quejarse.
Tú, mediante este certero micro, nos pones ante una realidad que cuesta admitir.
Enhorabuena y un besazo.

Lola Sanabria dijo...

En ocasiones, si no funcionara lo del amor maternal, habría más de un disgusto.
Claro que pueden saturar los hijos, casos de coger la puerta y largarse, los ha habido y habrá.

Besos, compañeros.

Cora Christie dijo...

Por los juguetes que repara diría qe son pequeños, o quizás uno de ellos; las viandas son muchas y bien etiquetadas.

No quiere alejarse de unos hijos, la veo sola frente a su vida. Sola. ¿Abandonada?

¿Que la hace querer huir?

Resignada, abandonada, soñando otra vida mejor. Responsable?

Hay un hueco imponente de figura paterna.

Lola Sanabria dijo...

¡Pero qué lista eres, Cora! Todo, tal y como imaginas, tiene su sentido.

Abrazos flojitos por la calor.

Towanda dijo...

Hola, Lola.

Micro repleto de ternura. Me parece imaginar a esa mamá haciendo todos los preparativos para su marcha... ¿Conseguirá coger el tren esta vez?

Me ha encantado, la verdad.

Un abrazo.

Lola Sanabria dijo...

Towanda, me alegro un montón que te haya encantado.

Abrazos muy tiernos.