6/6/14

LA CONDUCTORA

Tomada de la red.


Sigo sus desplazamientos, mirándola de reojo, hasta que desaparece por el pasillo. Escucho los ruidos en la habitación de al lado mientras tomo la sopa, hoy sin ese sonido que tanto la molesta. Olfateo el aire a la busca del perfume que anuncie el cumplimiento de su amenaza repetida ante mis reproches, pero sólo huelo el sudor del miedo. Inclino la cabeza más de lo necesario para preparar la nuca a la caricia que no llega. Sigo, una cucharada tras otra, hasta tocar el fondo de cerezas, rojas como la sangre en la carretera. Y ahora sí, oigo la puerta de la calle cerrarse con suavidad. Detengo mi mano antes de que quite el freno de las ruedas. Después el silencio y mis lágrimas. El caldo coge un punto más de sal. Continúo sorbiendo.

11 comentarios:

LA CASA ENCENDIDA dijo...

Ese punto de sal a la sopa y el final, dejan bien claro esa despedida. Me ha gustado mucho Lola. Felicidades.
Besicos muchos.

Nicolás Jarque dijo...

Lola, un microrrelato donde las emociones están a flor de piel y donde lo que no se cuenta es más importante que lo que se lee.

Se te da de lujo estas despedidas tan contenidas.

Abrazos admirados.

Lola Sanabria dijo...

La sal de la vida, Nani, que sirve tanto para penas como para alegrías.

Me alegra, Nicolás, que lo hayas pillado tan bien.

Abrazos a pares.

Amando García Nuño dijo...

¿Cuánto abandono hay en cada sorbo de sopa? ¿Cuánta amenaza en el rojo sangre del fondo de los platos?
Demoledor.
Abrazos, siempre

Lola Sanabria dijo...

Las relaciones humanas, Amando, se construyen y destruyen sobre un andamiaje complejo.

Abrazos, muchos.

arktos-temis dijo...

Me gusta mucho todo lo que flota en ese caldo, muy hábil. Como descubrir ese fondo de cerezas. Por lo mismo, si me permites el atrevimiento, me gusta más sin "y mis lágrimas", pero que sé yo. Me parece muy difícil el equilibrio elíptico.

Que me ha encantado. Saludos.

Cora Christie dijo...

Figúrate Lola que esta es una de esas veces que necesito SABER por qué se dejan. Me descoloca la silla de ruedas y la sangre en la carretera.

Es lo que yo quiera que sea, ya, pero hoy no me conformo con una separación sin una RAZÓN PODEROSA.

Debe ser la calorina de mediodía.

Me perdones.

Lola Sanabria dijo...

Miguel, no es ningún atrevimiento, cuando se cuelga algo es para que los demás opinen, y si te gusta más sin "y mis lágrimas", pues te alabo el gusto.

Querida Cora, porque ella era la conductora y él está en una silla de ruedas sin parar de reprochárselo. ¿Te aclaré algo?

Abrazos a pares.

Cora ch. dijo...

No lo había entendido. Y mira que ahora me parece clarísimo. Espesa estaba ayer.

Besos y gracias!

Anónimo dijo...

Ese es el tipo de relato que comentabas sobre los sentimientos, las impresiones que producen las palabras medidas, el ambiente, los sonidos y los olores.

Maestría que tienes

Abrazos salados

Lola Sanabria dijo...

Gracias, Elena. Un placer recibirte en esta casa. Siempre.

Par de abrazos.