28/6/11

PARA SIEMPRE (Finalista del concurso de microrrelatos sobre abogados)


La seguí hasta la feria. Entró en el barco fantasma. Me aposté detrás de un árbol. Hacía calor. Me deslicé entre las atracciones. Llegué a la casa del terror. Desde allí podría fotografiarla con el tipo. Encendí un cigarro. Di una calada. Lo imaginé. Pillada infraganti con su amante. Acusada de adulterio. No sacaría nada del divorcio. Ni pensión para los niños. Para eso estudié abogacía mientras ella cuidaba de los críos. Se le acabó lo de hacer tapetes de encaje para relajarse. Tendría que trabajar. Saboreaba ya mi triunfo cuando alguien me agarró por detrás y me metió dentro. Pensé que se trataba de una broma, al ver a todos esos personajes rodeándome: la niña del exorcista, Jason, la pequeña Elizabeth... pero cuando Freddy Kruger se acercó, entendí por qué mi mujer estaba últimamente tan contenta. Y aquí sigo, como un zombie más, asustando a los que entran.

23/6/11

EL JUEGO DE MAMÁ

Gum de Julie Blackmon


Cuando mami entra en mi habitación y me da un beso, huele mucho a tabaco. Luego se ducha y duerme toda la mañana. Se levanta a mediodía y come de pie, en la cocina. Por la tarde jugamos al escondite. Ella cuenta en el pasillo, de cara a la pared, y yo me escondo entre el abrigo azul y el vestido rosa. Me llama y me busca por toda la casa. Abre el armario, yo me tapo los ojos con las manos y ella vuelve a cerrarlo, dejando una rendija por donde la veo lamentarse porque me ha perdido. Salgo, le tiro de una manga y ella se pone muy contenta y las dos nos abrazamos. A la noche, me ducha y me pone una colonia que huele a limón. Después me sienta en la trona y mientras ceno, ella lee mi cuento preferido. Después me mete en la cama y seguimos jugando. Yo cuento, mami me ayuda, ella se esconde y no sale de su escondite hasta la mañana siguiente. Uno, dos, tres...

15/6/11

CORAZONES ROTOS (FINALISTA DEL III CONCURSO DE RELATOS ESCRITOS POR PERSONAS MAYORES RNE - FUNDACIÓN "LA CAIXA")



 He pasado la vida cosiendo corazones rotos. Una tarea muy delicada. Porque cada uno necesitaba su cabo de hilo y su aguja; incluso su color. Para Roberto era la fina de bordar, con seda verde esperanza que no le hería. Con Susana podía enhebrar la de ensartar cuentas de cristal con algodón tostado, porque siempre ha sido la más fuerte. A Marcos le iba bien el tamaño intermedio para el cordoncillo entreverado de lilas y amarillos: enseguida se le iba el dolor con unas risas.
Siempre he llevado cogida a mi pecho la almohadilla con las agujas y los hilos preparados para un zurcido de urgencia. Y con los años mi habilidad creció de tal modo que si ahora mismo sacaran los corazones de mis hijos, apenas se apreciaría la línea de una cicatriz.
Primero fue Marcos el que dominó el arte de la costura. Se fue de casa con un júbilo de arco iris que bien podía ocultar un negro nubarrón, pero del que estaba segura que sabría salir con el mínimo daño.
Más tarde se marchó Roberto, un temblor de mano agarrado a otro temblor de mano. Entre los dos repararían sus heridas.
Hoy estamos de fiesta. Se va Susana. Con su aguja y sus hilos. Y ha querido celebrarlo como si se tratara de un casamiento, aunque ella no va a casarse; ella se va a la India a curar otros corazones, dice. Seguro que lo conseguirá.
Estoy sentada en mi silla, un poco alejada de todos, con las manos en reposo, descansando la una sobre la otra, sin nada que hacer. Toca la orquesta y todos bailan. Miro alrededor y me encuentro con mi marido. Sonríe, bobalicón, con los ojos entornados, pegada su mejilla a la de nuestra vecina Maite. Y es ahora cuando siento el pinchazo y la humedad en la blusa, apenas un lunar rojo que va engordando, y no sé qué aguja, qué hilo debo coger del acerico para que no te desangres, mi querido y olvidado corazón.

9/6/11

VACÍO

fotografía tomada de la red.


No voy a llorar, lo prometo.
Sólo déjame estar aquí.
Cogerte de la mano.
Y si la congoja me ahoga,
en seco tragaré esa bola amarga.

Yo vigilaré si acaso duermes.
Como cuando dibujaba tu cuerpo,
con un dedo húmedo,
desde los pies de la cama;
y la imaginaba acurrucada
en el hueco de tus caderas.
Y sentía.

No paraba de llorar.
No parabas de reír.
Nos movíamos livianos
por la vida.
Su vida.
Nuestra vida.

No digas que no fue eso.
Ni se te ocurra.
Sí, lo merecía.
Merecía este castigo.

Seguí sonriendo a la placa transparente,
como un estúpido,
cuando el de la bata blanca
dictó su condena:
arrancarme de cuajo el sentimiento.
Para siempre.

Volveré a estar en alquiler.
A tanto el cadáver.
Será gratis para el de la bata blanca.
En cuanto acabemos con esto.
Nada más dejar libre el hueco en tus caderas.
Y si quieres,
yo también me marcharé.
Pero ahora, déjame estar aquí.
Te prometo que no voy llorar.

3/6/11

LOS BLOGUEROS MICRORRELATISTAS EN LA RADIO

fotografía cogida de la red
Como ya os anuncié en respuesta a un comentario, el domingo día 5 de junio a las 20h podréis escuchar la entrevista a un bibliotecario de Sol y la lectura de algunos de nuestros microrrelatos en Radio Círculo (100.4 FM Madrid)y también en www.circulobellasartes.com/Radio Círculo en directo

Y en este programa de radio Ágora Sol, hacia la hora y cuarto, Nieves lee también varios microrrelatos. Escuchadlo. A mí me ha encantado.
http://www.archive.org/details/agorasol.2011-06-02_lapersiana


Por otro lado, os informo de que podéis dejar vuestras críticas y comentarios de Literatura en el blog de El Planeta de los libros.

http://elplanetadeloslibros.wordpress.com/