22/3/15

DEPENDENCIA





 

Tomada de la red.

Voy de la habitación de mi madre a la de mis niños y del baño a la cocina. Día y noche. A veces me regalan el milagro de unos minutos de silencio. Entonces echo el pestillo, bajo la tapa y me siento en el váter a llorar. Ruedan las lágrimas, redondas y pesadas, por mi cara, bajan y se despeñan en mis rodillas y corren por los cauces secos de las junturas de las baldosas. La primera vez que lloré aquellas lágrimas que se movían bajo la presión de un dedo pero no se deshacían, comenté la rareza con el médico y nos visitó para quedarse embobado con aquellas bolitas parecidas al mercurio. Vinieron a llevárselas para analizarlas: agua y sal, poco más. Y sin embargo, densas como metal líquido. Experimentaron con los monos. Ninguno sobrevivió. Muerte por tristeza extrema, determinó el forense. El ejército me ofreció comprar mis lágrimas para no sé qué guerra, pero yo no quise. Así pues, cuando un grito me reclama, me pongo de rodillas y busco bien por todos los rincones, las recojo y las meto en un termo grande de acero inoxidable y enrosco bien la tapa para que no lleguen nunca a las manos de mis hijos. Luego salgo dispuesta a apagar otro incendio familiar.

14/3/15

MICRORRELATO GANADOR TRIMESTRAL DE WONDERLAND

Tomada de la red.


LOS PROFESIONALES



Los lunes y jueves, Javi pasaba a nuestro lado, de la mano de su madre, mirándonos todo el rato, pero no se quedaba a jugar al fútbol. Iba al psicólogo porque en la escuela se olvidó del padre cuando dibujó a su familia. Yo no quería perderme los partidos, por eso ponía mucho cuidado en no olvidarme de ningún miembro de la mía. Cuando murió mi abuelo no sabía qué hacer pero al final, acordándome de mi amigo, lo dibujé como siempre en su esquina del folio, al lado de la abuela. Aquella misma tarde, mi madre recibió la llamada.

Mil gracias al equipo de Wonderland por haber premiado mi relato. Si queréis escuchar el programa clicad aquí.
A partir del minuto 25:00
 

5/3/15

RELATO SELECCIONADO EN EL PRIMER CONCURSO DE MICRORRELATOS DE TERROR ORGANIZADO POR EL FESTIVAL DE CINEMA DE TERROR DE SABADELL Y LIBRERIO DE LA PLATA

Tomada de la red.


TRANSFORMACIÓN


Ahora cimbreo mi talle a su paso. Su bufanda me roza. Pero él no me ve. Pasa ligero, arrebujado en el abrigo que le regalé, con la cabeza gacha, tal vez vencida por el viento, quizá por el peso de la tristeza. Sabíamos del peligro. Ocurría cuando no podías esquivarlos porque no los veías.
     Un último brote de rebelión me llevó a salir de casa cuando aún no clareaba el día. Cruzaba el parque ya sin farolas encendidas, en ese momento donde la luz del sol no se decide a entrar a la vida y la oscuridad muestra sus dientes afilados. Estaba a punto de conseguirlo cuando mis pies se levantaron del suelo y llegó el abrazo enramado, el tránsito a tronco y raíz.
      Me he encontrado con los vecinos y su niña. Espero, paciente, un descuido de él para traerlo conmigo mientras me entretengo atrapando a los que se atreven a desafiar la ley de la frontera.