3/12/21

TRAS LA PUERTA

 


Tomada de la red

Todos los vecinos disfrutan siendo testigos de la plácida felicidad de los inquilinos del quinto. Una pareja encantadora. Van a la compra juntos. Pasean enlazados del brazo y saludan amables, al paso. Él le coloca bien la bufanda al cuello. Ella lo deja hacer y sonríe con ternura.

Por la noche, cuando el ajetreo diario de los pisos se apaga, la menor de las hijas del matrimonio del cuarto refiere a sus padres que oye restallidos de cinturón y quejidos ahogados por puño en boca. Ellos la escuchan, condescendientes, mientras la arropan. Dicen que siempre tuvo mucha imaginación. También buen oído para la música. 


2 comentarios:

LA CASA ENCENDIDA dijo...

Qué poco escuchamos a los hijos o no queremos asimilar lo que nos cuentan. Muy bueno!!
Besicos muchos.

Lola Sanabria dijo...

Así es.
Mil gracias por pasarte.