Tomada de la red
Llevaban días peinando el
parque del Soto y no la habían visto. Tal vez estuvo atrapada en una cuna de
vegetación en la orilla del lago y la soltó el picoteo de un ganso. La madre sofoca
un sollozo cuando identifica los colores algo gastados de la pelota que juega
con el agua. La compró ella para que el hijo callara, que al novio lo encienden
sus lloros. Le tiembla la barbilla con las lágrimas ahogadas. Él la abraza
fuerte. Mucho. Contra su pecho de hombretón. Para asfixiar sus palabras y que no
hable de sótanos y sogas. La policía seguirá rastreando la zona.
No hay comentarios:
Publicar un comentario