20/5/21

RELATO FINALISTA DEL MES DE ABRIL EN EL CERTAMEN CONVOCADO POR LA MICROBIBLIOTECA

 


 
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Invisibilidad de las cadenas

Ni los pies desollados, ni las llagas infectadas de las manos. El ritmo desbocado del corazón. Eso era lo que la preocupaba. No podía detenerse. Ahora no. Vio la luz al fondo. Una claridad diluida en la negrura de aquel nido de serpiente, como llama oscilante de vela. Avanzaba con un soplo de mano en la nuca a punto de agarrarla. No podía creer que hubiera llegado tan lejos. Cuándo ocurriría. Cuándo la devolvería al cautiverio. Sin embargo, cinco pasos, cuatro, tres, dos, uno, y el sol cegando sus ojos maltratados por la oscuridad. Los cerró y levantó la cara al calor. Después bajó la cabeza y corrió. Una carrera corta con parada en seco. Comprendió por qué la había dejado escapar después de, no llevaba la cuenta, años encerrada. Entendió, aterrada, lo ficticio de su liberación.

PERDIDOS. FINALISTA DEL CERTAMEN DE RELATOS DE ABOGADOS DEL MES DE ABRIL


Tomada de la red.

Como abogada, asesoro a familias desfavorecidas para que, al renovar sus contratos de alquiler, consigan un precio asequible a sus escasos medios económicos, pero también existen otras alternativas para canalizar mi energía al servicio de los más vulnerables.

Una vez al mes me doy una vuelta por el barrio donde las ratas campan a su libre albedrío, hay cortes continuos de luz y agua corriente y las calles se convierten en un barrizal cuando llueve. Deambulo entre las chabolas con la mochila abierta y los bocadillos mostrando su envoltura plateada. Uno tras otro se los van llevando las manos infantiles hambrientas de pan y abrigo. Cuando la noche cae en el desierto de oscuridad, es hora de regresar. A veces sin nada. Otras, escucho la voz que me llama mamá. Una mano pequeña se agarra a la mía de manera natural y no se suelta hasta que llegamos a casa.