25/2/14

FORMACIÓN DEL ESPÍRITU NACIONAL- GANADOR SEMANAL DE WONDERLAND



La primera vez  que lo vi, huí hasta el mar. Metí mis manos en el agua y me escocieron tanto que lloré a gritos. De día evitaba volver a pasar por allí. De noche, perdía los dedos en mis pesadillas. Mamá propuso pedir cita con el psiquiatra. Pero papá dijo que era parte de mi educación y me llevó a rastras, sin hacer caso de mis lágrimas. Vomité. Sin embargo él siguió insistiendo, día tras día. Ocurrió como él dijo: me acostumbré al cuerpo echado sobre la valla, a sus manos acuchilladas. En unos meses estuvo integrado en el paisaje.

Este es un relato del que me siento especialmente orgullosa, porque me ha permitido sacar toda la rabia, la indignación y la pena por lo abominable del trato y la indiferencia de algunos de los mal llamados humanos hacia personas indefensas.

Si queréis escucharlo, pinchad aquí.

A partir del minuto 56

21/2/14

LUZBEL

Imagen tomada de la red

Los jueves, de cinco a siete, confesión. El codo sobre la rodilla, la palma de la mano izquierda aguantando la cabeza, el aguijón de ansiedad clavado en el pecho y la saliva abrasando. La espera. Escucha los pasitos cortos, el taconeo desigual sobre las baldosas. Descorre la cortina de terciopelo y recibe el aliento a hierbabuena enredado en el jazmín del pelo. Vértigo, temblor de pies y golpecitos en la tarima. Nidos de susurros envenenados que sacan al animal de su letargo. Luego la rutina del perdón y un lamento. El crujido de la madera al levantarse y cinco pasitos cortos.

El padre Miguel abandona el confesionario. Arrodillada sobre la almohadilla del reclinatorio, levanta la cabeza, la cruz respirando sobre el abismo del escote, y le ofrece su carita de ángel. Los cirios ardiendo y la cera derretida. Se tambalea, busca el equilibrio y apoya una mano en la pared. Desvía la mirada, se separa y camina a trompicones hasta la sacristía.

Los domingos, comunión. El padre Miguel sostiene la hostia entre sus dedos y ella le ofrece su lengua de sangre. Dientes grandes, el colmillo montado y una sonrisa manchada de burla en los ojos. La pulpa arrebatándole el círculo blanco y los dedos de él en retirada, recogiendo el jugo de la boca. Después la muralla de los labios, media vuelta y la nuca que se aleja. Calor y el animal desbocado. Alba, casulla y cíngulo quemando.

Viernes de Dolores y un papel enrollado. Lee la dirección, memoriza, lo rompe en trozos pequeños, se los mete en la boca y los mastica. Abandona el alzacuellos en un banco, luego avanza por el pasillo lateral de la iglesia. Pasa, engancha y arrastra con la hebilla del reloj el manto de noche y oro de la virgen que intenta, en vano, detener su carrera hacia el rectángulo de luz que le muestra la salida.

16/2/14

IX PREMIO INTERNACIONAL DE CUENTOS ESCRITOS POR PERSONAS CON DISCAPACIDAD. FUNDACIÓN ANADE.



Portada del libro

Un orgullo, una gran satisfacción para mí que dos de los usuarios del C.O. Ángel de la guarda, hayan sido publicados en esta última edición. 

El jurado ha estado formado por:

Fernando Delgado.
Boris Izaguirre.
Manuel Rivas.
Paola Dominguín
Ana Vargas

ARREPENTIMIENTO 
(Relato finalista)

De: Inmaculada López Camba 

El bailarín Germán era muy bueno y formal. Bailaba en el Teatro del Amor. Lourdes quería ser siempre su pareja porque juntos bailaban muy bien y con mucho amor.
     A menudo, iban de gira. Unas veces actuaban en San Blas y otras en Las Vegas.
     Un día discutieron en un hotel y decidieron divorciarse, aunque siguieron bailando juntos.
   Una Nochebuena que tenían que actuar en San Francisco, Germán desapareció. Lourdes estaba desesperada, lo echaba de menos y no bailaba igual con el suplente.
     Germán se había ido a Hollywood a conocer a los famosos del cine. Quería hacer una película con Javier Bardem. Estaba muy ilusionado, pero también echaba de menos a Lourdes. Se puso a llorar y pensó que debía solucionar los problemas con ella. Le mandó un correo electrónico desde el ordenador del hotel, disculpándose por haber desaparecido. Le dijo que la quería y que deseaba que estuvieran juntos. 
     Lourdes fue a su encuentro en Hollywood. Los dos se abrazaron y se dieron regalos.   
 Más adelante hicieron un cortometraje sobre la rutina 
diaria.  

RELATO SELECCIONADO PARA SU PUBLICACIÓN:

NÚMEROS
De: Juan Pablo Bahillo Cabo
El número uno se llevaba muy bien con el número tres. En cambio el siete siempre se peleaba con el doce. El trece era el número de la buena suerte y todos los números querían estar con él.
      El calendario estaba descolocado. Cuando Pepa iba a mirarlo, no se aclaraba. Entonces llegó Juan Pablo y le dijo a los números: Podéis juntaros un rato por la mañana, pero luego tenéis que volver a colocaros en vuestro sitio para que las personas puedan saber en qué día están y la fecha de su cumpleaños. Los números estuvieron de acuerdo. Aunque alguna vez se saltan el pacto.

Felicitaciones a los dos.

7/2/14

SI YO FUERA, EN DIARIUM



Además del vídeo casero que grabé para la librería, en este  espacio, las personas que participaron en el club de lectura hicieron este jugoso juego de si yo fuera Lola Sanabria. Mi agradecimiento a Miguel Ángel Flores, motor de la iniciativa, y a Fernando y Mónica por elegir Partículas en suspensión para abrir el fuego que con tanto calor ha prendido en Diarium.

4/2/14

Y QUEDARÁ LA NADA EN LA INTERNACIONAL MICROCUENTISTA



José Manuel Ortíz Soto publica el microrrelato Y quedará la nada, de Partículas en suspensión, en la Internacional Microcuentista. Si queréis acceder a la entrada pinchad aquí.  

Mil gracias, José Manuel.



Y QUEDARÁ LA NADA


Mi instinto dice que tu perfume ya no es verde; que la mermelada no es música para camaleones; que el néctar dulce del bodoque no existe; que el canto del jilguero nunca más será terciopelo. Mi instinto dice que la soberbia me llevó por caminos equivocados y la ceguera a regresar a un hogar sin chimenea encendida, sin lavanda, sin tu tarareo, sin el quejido chico de la aguja al horadar la tela tensada del bastidor. Mi instinto dice, en fin, que cuando hoy vuelva, desapareceré, como tú, entre las paredes de nuestra casa. Y quedará la nada.