28/12/12

DESAPARECIDOS- Ganador del II Concurso "Pepe Ortuño"

 
Fotografía tomada de la red.
 
Mi fotografía colgaba del cuello de la anciana del pañuelo blanco. Me vio y se cubrió la boca con la mano mientras abría mucho los ojos. Mis papás me lo tenían prohibido, pero el boludo de Ernesto se empeñó en pasar por la plaza. Ella dejó la fila y fue hacia donde parábamos. Tiré de la manga del saco de Ernesto y salimos cagando leches de allí. Cuando llegué a casa, mi vieja me esperaba con el mate. La estuve mirando mientras sorbía. Yo era un muchacho, seguro que me parecía a mi viejo.
 
 
 

27/12/12

ARMARIO

 Laberinto de Microrrelatos.
Saqué el pie del zapato Gorila. Dije que me apretaba y, mientras mi madre buscaba las zapatillas de felpa debajo de la cama,  volví a calzarme con los que llevé en la carroza. Me acerqué al espejo del armario y humedecí el carmín de mis labios con la punta de la lengua, luego giré el cuerpo a un lado y a otro, y el vuelo de la falda me acarició los muslos. Anduve unos pasos con los zapatos de tacón y moví las caderas. Mi madre me miraba. Ordenó que me lo quitara todo. Cada vez me resistía más a desvestirme después de las chirigotas del carnaval, y andar el resto del año disfrazado de chico.

Palabras: Carmín, lengua, tacón, chirigotas, armario.

25/12/12

CARTEL Y POSTAL DE NAVIDAD DE MIS CHICOS


El cartel ganador es de Miguel Ángel Serrano. Y la postal (sí, ya sé que no se ve mucho, pero está ahí), de Iván Sáez del C.O. Barajas (penúltimo Centro donde he recalado)



22/12/12

MIEDO- V CONCURSO DE MICRORRELATOS SOL CULTURAL





  Fotografía de Javier Fernández Gorrionero

El hombre avanza, desdibujado. Un nubarrón de palabras agrias lo acompaña. El llanto hiposo llega, una y otra vez, como boomerang, enroscándose en su oreja. Y conforme camina, revive la sinrazón de la pelea. Un retraso no es para tanto, se dice. Enseguida, como un trallazo, le viene el recuerdo de otro día. Entonces fue él quien estuvo acodado en la ventana, espiando la calle. Pasaban los minutos y temblaba como azogue. Esa noche, la espera dio paso a la desesperación. También discutieron. Como hoy. Y luego vino el quedarse enlazados, cuerpo con cuerpo, durante horas, reconociéndose en cada lunar, en cada arruga, en las cicatrices de la piel, como si acabaran de conocerse.
El hombre avanza. A lo lejos, la tarde se abre a la luz. Saca el teléfono de su bolsillo y marca. Te quiero, dice. Y las palabras soplan los últimos jirones de niebla.

(Inspirado en la fotografía de Javier Fernández Gorrionero, Niebla en Sol)

20/12/12

TIERRA

Fotografía tomada de la red.

 Todo el mundo tiene derecho a un descanso. Hasta tú te tomaste un respiro de un día. Uno también se agota y quiere un alivio. Cuatro mil cuatrocientos setenta millones de años, arriba, abajo, son muchos años girando sin parar. Solo quería detenerme un segundo. ¡Qué digo un segundo, una décima de segundo! Y mira la que se ha liado. Todos desparramados por el cielo. ¡Y esos pobres agarrados a árboles y farolas, qué cara de susto tienen! A ver cómo arreglo yo este entuerto. Porque estoy paralizado, no consigo volver a rotar. Anda, échame una mano, dios, que últimamente te veo muy relajado. Y los humanos ya tienen bastante con aguantar las putadas, sin perdón,  de esta casta de políticos canalla.

18/12/12

PEAJES GANADOR TRIMESTRAL DE WONDERLAND

 
Hacia el minuto 38: 20 h.

Baja la calle sin prisas. Y aun así, llega el primero. Pide un café y lo toma a sorbos cortos. Van llegando. Se sientan a la mesa. Las cartas mugrientas se traban entre los dedos. Partida tras partida, el reloj guillotina los minutos. Hora de cenar, dice uno. Y todos se levantan. ¡Os atan corto vuestras mujeres!, ríe él. Y se queda solo. Pide un chato de vino. Remolonea. Vuelve despacio a casa. En el recibidor se encuentra con su imagen en el espejo. Sube la mano derecha y se acaricia la cara. Como hacía su madre cuando era niño.



Horror en la casa embrujada (Accésit) 

David Figueroa

Camila sabrá lo hace, pero a mí no me parece que entrar en la casa embrujada sea una buena idea. Quiero ir a contarles a sus padres  lo que va a hacer, pero los amigos de Víctor me detienen, ellos también le temen.
Después de un rato jugando al escondite aparece Víctor que, sonriente, se pierde entre su séquito vitoreante. Un momento después sale Camila, con la mirada perdida, caminando lento. La acompaño a casa, en silencio,y, en la puerta, le pregunto qué pasó en la casa embrujada. Conteniendo las lágrimas me susurra al oído, los fantasmas no existen.


 


15/12/12

A DOS MANOS

Tomada de la red.


Entrabas en la sala comenzada la película y elegías tu presa. Admiraba la delicadeza de tu mano derecha deslizándose por la piel ávida de caricias, la agilidad con que sacabas limpiamente la cartera con los dedos de la otra.
     Conmigo te costó algo más de tiempo, empeñada en implicar a tus dos manos en el gesto amoroso. Fracasé.
      Sé de tu disgusto, el billetero es de plástico y sólo contiene esta nota. Pero puedes recuperar el tuyo, aligerado de peso, con toda la documentación, en la papelera que hay a la entrada de nuestro cine que, estoy segura, seguirás frecuentando.

11/12/12

CRIATURAS (Ganador de la semana de Wonderland)

Apoyaba la espalda en el quicio de la puerta, sombrero calado, tinto en mano y cigarrillo colgando del labio inferior. Miraba, socarrón y lascivo, a las mujeres que pasaban. En cuanto veía a Justina, carnal y coloradota, lanzaba un ¡guapa!, adelantando la cabeza, sin pasar nunca la línea que separaba la sombra de la luz del sol. Ella agachaba la cabeza y apretaba el paso. Nadie comprendió lo de la boda. Dicen que ella está cada día más pálida y delgada. Dicen de ese cuello hasta la barbilla. Dicen que la noche. Dicen que él se transforma. ¡Dicen tantas cosas!
 
Hacia el minuto 44: 21


10/12/12

DESAHUCIO EXPRÉS

Dibujo tomado de la red.



Vecinos blogueros, se me ocurre que podíamos hacer unos relatitos navideños con el lema "los desterrados,  los desheredados". ¿Os apuntáis?


¿Y qué he  hecho yo para merecer esto? Me conformaba con un poco de paja, ¡heno, no por Dios,  todo un lujo!, y algo de agua. Dormía echada en el suelo. Ni un rebuzno durante la noche. ¡Y el calorcito que daba mi aliento! Entonces va el papa ese y me destierra. A los dos. El Portal era mío y tuyo. Y bien que le dimos cuartelillo a la Mari, el Jose  y el Jesusín. Y heme aquí, perdiendo los dientes con la tiritera. Me queda nada para despedirme de este mundo cruel. Porque ya me dirás tú cómo voy a comer sin dientes. Aun más, ¿qué voy a sacar de este montón de nieve sin límite en el horizonte? No, ya, que a lo mejor escarbando encuentro una brizna de hierba. Pero con este baile de San Vito no puedo cavar en un sitio fijo con las pezuñas. Estoy en el zarzo. Pero tú aún conservas las carnes. No me mires así, acuérdate de lo de los Andes. Cuestión de supervivencia.

7/12/12

EL ARÁNDANO Y LA ESPOLETA

Tomada de la red.

Cuando me enteré de que el Ejército hacía prácticas en el terreno lindante al nuestro, tuve el presentimiento de que algo malo ocurriría. Por eso, al escuchar las explosiones, corrí por el camino que bordeaba el pueblo y atroché por un campo lleno de zarzas. Apenas sentía los enganchones y arañazos. Más grande era la desazón que me causaba saber que mi hijo Pedro estaba en el huerto.
      No quería ni pensar, que la suerte negra que me acompañaba desde hacía  tiempo, hubiera  llamado de nuevo a mi puerta. Ya tenía yo bastante con la pérdida de mi hermano Perico, de quien tomé el nombre para mi hijo, y la de mi marido, tan cerca que aún podía verlo salir la última vez con el carburo en la mano y el casco con su bombilla; que una cosa era perder padres, marido, incluso al hermano, y otra quedarse sin hijo.
     Desde lejos divisé la mata cimbreándose. Respiré aliviada y seguí avanzando hacia el arándano. Cuando estaba muy cerca,  vi aquella cosa extraña, como una raíz que hubiera llevado la contraria y echado para arriba en lugar de hundirse en la tierra, que es lo suyo,  y se me aflojaron las piernas. “Que no te muevas”, le pedí. Él siguió arrancando arándanos y echándoselos a la boca. “Mira lo que tienes ahí pegado. Que no te muevas”, repetí, y él dio unos pasos hacia aquel artefacto, uno de esos que explotan y que, por razones que entonces no entendí, no había estallado. Entonces le tiré una piedra con la intención de alejarlo, tropezó y se tambaleó hacia delante. Y cuando ya lo veía caer sobre aquella cosa maldita, se echó hacia un lado y rodó hasta mis pies.
     No voy a decir que estuviera bien recibirlo con un tortazo pero me salió así. Luego le di un abrazo y lo estuve mirando por todos lados como temiendo que le faltara algo.
     Dijeron que aquella bomba no estalló por un fallo de la espoleta. Vinieron los del Ejército a mirarla y remirarla, pero no la tocaron. Y ahí sigue, como un hijo de puta del arándano, los dos solos en mitad del huerto. Dicen que no hay peligro, eso dicen los de uniforme, pero yo, por si acaso, he echado la llave de mi casa con mi Pedro dentro, que si ya es duro perder a los padres, al hermano y al marido, no quiero saber cómo se puede vivir después de enterrar a un hijo.

5/12/12

SETAS

Tomada de la red.


Desde que papá está en el paro, en casa dependen del rarito de la familia. Así me llamaban delante de los vecinos. Y ellos cuchicheaban, a sus espaldas, que yo era tonto de capirote. Todo porque prefiero la soledad, a los partidos de fútbol y las barbacoas en el jardín. Ahora yo traigo el sustento, no en vano me gustan los libros. No en balde me documenté bien sobre micología. Recojo russulas y las vendo por el barrio. De vez en cuando, pienso en meter una amanita phalloides en el lote, solo por ver si son tan listos como decían.