19/11/17

ESTAMPA FAMILIAR- GANADOR DE LA SEMANA EN WONDERLAND Y ACCÉSIT TRIMESTRAL


 
Tomada de la red.
El estampido estalló en el aire, salió disparado y rebotó en el muro enfrentado para volver amplificado a su lugar de origen. Entró en el humo del cañón de la pistola, cogió fuerza y volvió a salir al patio interior con un estruendo de rayo que hizo estallar los cristales de todas las ventanas. Nevó, como cuchillos, sobre la ropa tendida, rasgando camisas, faldas y pantalones. El suelo, brillante de piedrecitas, quedó cubierto de espejuelos donde se reflejó la cara troceada y monstruosa del asesino de la mujer que se desangraba en el suelo de la cocina del tercero izquierda.



A partir del minuto 48:50 podéis escuchar el relato aquí.

 ALGUNOS RELATOS FINALISTAS

ATURDIMIENTO
Algunos dirían que dejar los muebles y suelos como espejos, la colada tirando a azul de tan blanca, y los cristales de las ventanas con la transparencia de quien va a sacar la cabeza al viento y se la llena de puñales, tiene por nombre neurosis. Pero era sólo que le gustaba trabajar. A él lo dejó un día frente al televisor y acabó tan cansada que lo olvidó. No se dio cuenta hasta el día en que le dio un jamacuco. Tirada en el suelo, alcanzó a ver las canillas fosilizadas de él, colgando de la silla de ruedas.

SALTO
Yo tenía un saltador y muchos papás. Mamá solía mandarme a la calle cuando alguno de ellos entraba en casa. Me hice una experta en saltar a la comba. Todos dejaban una moneda en mi mano cuando se iban. Mamá me regaló una hucha con cara de cerdo para que las fuera guardando allí. Si ahorras, tendrás una buena vida, me decía, no como yo. Pronto comencé a ganar dinero en las plazas, con el saltador y un sombrero hongo. De mayor creé un espectáculo para la televisión. Yo también tuve una hija de muchos padres.  Los que elegí yo.


OMBLIGUISMO
Todo comenzó con Julito y el trabajo en común para la asignatura de Historia. Él hizo la exposición utilizando el yo continuamente. Se llevó los aplausos. Lo dejé pasar. Luego vino lo de mi hermana, adjudicándose el mérito ella solita de salvar a Pablito de ahogarse. También me mordí la lengua. Pero cuando Rosendo me levantó la novia echándose flores sobre nuestra colaboración en una ONG, dije hasta aquí hemos llegado. Ahora pongo siempre el yo por delante y tan contento. A no ser por ese tufillo molesto que sube del cráter que se formó donde antes estaba mi ombligo.


ANESTESIA
Aquí vinimos a descansar de nuestros demonios, a acabar con ellos, me dijeron cuando ingresé. Se equivocan. Vinimos a anestesiarnos con las pastillas que nos da la enfermera Sue. El doctor Reginal dijo hace unos días que estaba muy satisfecho con mi evolución, y yo le agradecí sus palabras con una sonrisa estúpida. Todo me daba igual. Pero hoy, cuando se ha referido a mi hermana Phoebe como un capullo en plena eclosión, he tenido que clavarme las uñas en las palmas de las manos, para reprimir el impulso de ensartar con el abrecartas  el ojo de este cíclope libidinoso.


DELACIÓN
El clínex parecía algodón entre sus manos. Continuó hablando de Mariela, la hija pequeña, que lo recibía con un abrazo cuando iba a buscarla. Luego recordó a Isabel, la mayor, que le regalaba dibujos en los que él siempre estaba su lado. Cuando habló de su mujer, a quien tanto quiso y tan bien cuidó, arrugó el pañuelo entre los puños, lo retorció y lo soltó en la mesa. Recogí los papeles y me levanté de la silla. El funcionario abrió la puerta. Antes de salir, volví la cabeza hacia mi cliente y le dije que se buscara otro abogado.


HIJOS
Anoche tuve un sueño. Soñaba que un hijo mío se perdía al norte de la ciudad. Pedía ayuda a gritos pero nadie parecía escucharlo. Andaba desorientado, de un lado a otro, entre hipidos y llanto sucio en su carita. Creció deprisa, alimentado con pan y penas de contenedores sucios y oscuros. Y conforme lo hacía, decidió echar a andar hacia el sur, siempre hacia el sur. Me despertó una angustia extrema. Estaba en el sofá con la televisión encendida. Otro hijo de otra madre deambulaba en la pantalla, chapoteando en la miseria y el lodazal de un campo de refugiados.


FRUSTRACIÓN
Los padres lloraban amargamente cuando se enteraron de su decisión. Se habían ilusionado con la idea de ir siempre gratis al circo. Querían ver de verdad al domador con la cabeza dentro de la boca de un león, no en el cartel pegado a las farolas como cuando eran niños. Niños y pobres: el binomio perfecto para no tener dinero para unas entradas. Pero su hija los ha decepcionado. Ha estudiado una carrera y se ha pagado un bono de depilación láser. Prefiere una vida gris en una oficina, antes que hacerlos felices y verla triunfar como la mujer barbuda.

8 comentarios:

Cora Christie dijo...

Me siento enmudecer de horror.

Que virtuosismo para dar fe del espanto de casi cada día.

Mi admiración, escritora

Lola Sanabria dijo...

Y pensar que ocurre pone los pelos de punta.

Un abrazo agradecido, querida Cora.

Juan Leante dijo...

Retomando esta página y a mi escritora favorita. Un besazo.

Lola Sanabria dijo...

Y yo te recibo con un gran abrazo.

Ángel Saiz Mora dijo...

Un relato muy original en su concepción, lleno de fuerza. Pone el dedo en la llaga de un problema que hay que seguir denunciando sin descanso, al tiempo que educando a la sociedad. Todo es poco.
Enhorabuena y un abrazo, Lola

Lola Sanabria dijo...

Mil gracias Ángel por tu acertado comentario.
Un abrazo gordo.

Elena Casero dijo...

Son todos magníficos Lola. El primero es impresionante, tan bien contado, tan visual. Y luego dicen que los relatos no deben servir para desenmascarar a la sociedad en la que vivimos.

Me encantan. Gracias.

Unos abrazos

Lola Sanabria dijo...

Agradecida quedo por tus elogios, Elena guapa.

Abrazos a pares.