25/9/17

VACÍO


Tomada de la red.



No voy a llorar, lo prometo.
Sólo déjame estar aquí.
Cogerte de la mano.
Y si la congoja me ahoga,
en seco tragaré esa bola amarga.

Yo vigilaré si acaso duermes.
Como cuando dibujaba tu cuerpo,
con un dedo húmedo,
desde los pies de la cama;
y la imaginaba acurrucada
en el hueco de tus caderas.
Y sentía.

No paraba de llorar.
No parabas de reír.
Nos movíamos livianos
por la vida.
Su vida.
Nuestra vida.

No digas que no fue eso.
Ni se te ocurra.
Sí, lo merecía.
Merecía este castigo.

Seguí sonriendo a la placa transparente,
como un estúpido,
cuando el de la bata blanca
dictó su condena:
arrancarme de cuajo el sentimiento.
Para siempre.

Volveré a estar en alquiler.
A tanto el cadáver.
Será gratis para el de la bata blanca.
En cuanto acabemos con esto.
Nada más dejar libre el hueco en tus caderas.
Y si quieres,
yo también me marcharé.
Pero ahora, déjame estar aquí.
Te prometo que no voy llorar.

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