10/10/15

¡MIRA MAMÁ! EN LA EDICIÓN DEL 05/10/2015 EN PARACUENTOS

 
Tomada de la red.


Varios autores españoles cruzamos el charco gracias a la selección de  Francisco Manuel Marcos Roldan. 
 En este programa, muy bien acompañada por Purificación Menaya.
 Podéis escuchar mi relato a partir del minuto cincuenta y dos, más o menos. Pinchad aquí

 

¡MIRA, MAMÁ!





 Parecía la cabeza grande de un alfiler. Escarbé en la arena hasta desenterrarlo del todo. Cabía en la palma de mi mano. Quise mostrárselo a mamá, pero ella soñaba con sus cosas debajo de la sombrilla. Papá nadaba a lo lejos, detrás de una sirena rubia. Lo limpié bien con agua marina y estuve jugando con él. Era muy cariñoso y hacía lo que yo quería. Llegó la hora de recoger para volver a casa. Lo metí en la bolsa de plexiglás con el cubo, la pala, el rastrillo y la estrella hueca.

     Cuando lo saqué en mi habitación, había crecido un dedo por lo menos. Y estaba hambriento. Le traje un cuenco con gelatina de fresa. Después de tragársela, cerró los ojos. Decidí guardarlo dentro de mi armario. No quería que mis papás me lo quitaran para echarlo a la basura como hicieron con mi última Barbie. Lo puse dentro de la caja de las caracolas, agujereé la tapa con la punta de un bolígrafo, y la dejé junto a los zapatos.

     En los días que siguieron, fue creciendo al igual que su apetito. Mis papás estaban muy contentos por lo bien que yo comía. Pronto le quedó pequeña la caja y pidió que lo sacara del armario. Esperaba a que mamá limpiara mi cuarto y se fuera, para dejarlo oculto entre las sábanas de mi cama. Por las noches dormía acurrucado a mi lado, sin hacer ruido. Hasta aquella madrugada en que comenzó a llorar y a retorcerse y no conseguí calmarlo.

     Mis papás no logran explicarse cómo no se dieron cuenta. Me interrogan una y otra vez. Quieren saber quién es el padre. Unas veces les digo que un pez raya. Otras, que Neptuno. Las más, que no lo sé. Ellos siguen preguntando.

11 comentarios:

Juan Leante dijo...

Precioso este cuento tan tierno en el que se mezcla realidad y ficción.

Lola Sanabria dijo...

Desgraciadamente la falta de atención de algunos padres a lo que les pase a los hijos es una realidad hoy en día bastante alarmante, Juan.

Un abrazo muy real.

Nenúfar dijo...


Este cuento me ha provocado inquietud creciente. Hasta que en el último párrafo descubro el desconcierto, el lamento, el deseo de saber de los padres…Y choco con la realidad.

Tal vez tengas razón en tu comentario, Lola

Abrazos.

Luz Leira dijo...

Hay mucha magia ahí. Es estupendo porque, aunque el primer párrafo parece anular otro tipo de lecturas, no puedo dejar de pensar en clave realista. Supongo que porque las dos historias tienen mucha fuerza. ¡Un abrazo, Lola!

Lola Sanabria dijo...

Cada cual tiene su lectura, Nenúfar. Es lo bueno de ciertos microrrelatos.

Te digo lo mismo que a Nenúfar, Luz: un lector, una lectura.

Abrazos enormes.

LA CASA ENCENDIDA dijo...

Muy bonito tu micro Lola. Y como bien dices, algunos padres descuidan o incluso alguna vez lo habremos hecho y lamentarse o querer saber después, es doloroso o incluso no sirve de nada.
Besicos muchos.

Lola Sanabria dijo...

Muchas gracias, Nani.

Puñado de besos.

Amando García Nuño dijo...

Quien no mira a tiempo, debe preguntar a destiempo.
Poderoso texto, como es habitual. Abrazos, siempre

Lola Sanabria dijo...

Buena reflexión, Amando.

Abrazos otoñales.

Cora Christie dijo...

Me impacta, me quita el sosiego. Me pregunto hasta donde puede llegar la soledad de una criatura cuando los adultos nos sentimosinmersos en nuestros ombligos.

Que preciosismo el tuyo para plasmar la soledad sin futuro.

Un abrazo, Lola

Lola Sanabria dijo...

Y lo bien que lo has captado, Cora querida.

Un achuchón muy fuerte.