2/6/19

ES LEYENDA. SELECCIONADO EL MES DE ABRIL EN EL CONCURSO DE RELATOS SOBRE ABOGADOS

Tomada de la red.



Doña Carmen, fiscal muy eficiente, acababa de ver cómo los responsables de apalear a una vagabunda se habían ido de rositas por falta de pruebas. «¡Esto lo arreglo yo!», dijo para sus adentros la mujer de la limpieza, aceptando el desafío.
Salió a la calle y preguntó por una cabina telefónica al señor de la Once. «Tire derecho por esta calle, tuerza luego a la izquierda, y cuando llegue a una plaza con una fuente con amorcillo que mea pis artificial, pregunte». Demasiado lío para la transformación. Pidió al hombre que se echara a un lado y entró y salió del kiosco en un pispás. Subida a un banco, tomó impulso y voló con su capa morada ondeando al viento. Ni callejero, ni nada, con su súper visión localizaría a los malhechores y les daría un escarmiento, como a los acosadores de metro.  Por algo la llamaban la feminista justiciera.

3 comentarios:

Cora Christie dijo...

Me encanta esta justiciera de capa morada. Por una parte me siento ella, laminando frustracciones. Y por otra, siento la ternura que me provocan las buenas almas.

Un relato para no perder la esperanza.

Mas que neuronas tienes un arco iris

Enhorabuena !

Lola Sanabria dijo...

A mi también me gustaría, alguna vez, echarme a los hombros una capa morada y enderezar entuertos.
Abrazos, querida Cora.

LA CASA ENCENDIDA dijo...

Así vamos a tener que acabar para que haya una poca de justicia. Ojalá se vendieran unos polvitos que nos hicieran justicieras, porque supermujeres somos desde que nacimos.
Besicos muchos.