17/2/19

LA OSCURIDAD

Tomada de la red.



Tu sonrisa.
El placer de tu mirada.
Radiante y feliz
como niño con zapatos nuevos.
Anochecía violeta.
Entre telas estampadas
de amor recién estrenado.
Gallinita clueca por adulación de gallo.
Deseos cumplidos entre almohadas de plumas.
 «Sillita de oro para el moro y silla de oropel para su mujer».
Del embeleso al beso.
Del beso al cansancio,
Del cansancio a la trágala.
¡Me gusta tanto el morado!, decías, fascinado.
Y pasaste del foulard, el vestido y los zapatos,
al mapa de mi cuerpo.
Los tequieros tatuados se los tragaron las arrugas de mi piel.
Vejez adelantada con pronóstico de muerte súbita.
Y entonces aquel Ocho M en el vagón de metro
con sus letras enlazadas.
«Somos la voz de las que no tienen voz ».

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