27/8/17

EL PODER


Tomada de la red.

Y entonces te detienes y regresas a los pies de la cama. Muerdes mi labio inferior y lo repasas con la punta de la lengua. Te descalzas y, sin soltar tu presa, abres las distintas puertas. Botones de camisa que se hunden en el ojal, cremalleras con sus dientes separados. Me tumbas con un empellón de tu mano de muñeca nacarada con uñas de sangre. Y consumas tu posesión. Bebo el rojo. Palpo el perfume de vainilla, macerado con el calor del verano. Veo el aullido salvaje. Oigo las mariposas batiendo alas. Huelo el fa sostenido hasta que estalla. Luego te levantas jadeante. Ajustas la falda de vuelo, la blusa, te pones los zapatos de tacón y caminas, tambaleante, hasta la puerta. Tú tienes el poder. Tú mandas. Pero sólo he de gritar no quiero, para que vuelvas. Tal vez mañana.

2 comentarios:

Elena Casero dijo...

sí, el poder, la sumisión. El deseo, la necesidad, quién sabe.

Duro y bueno, como siempre.

Besicos

Lola Sanabria dijo...

Gracias, Elena. Un placer tenerte por aquí.


Abrazos, muchos.