15/8/16

SELECCIONADO EN EL CONCURSO DE MICRORRELATOS SOBRE ABOGADOS

Tomada de la red. 



PLACERES

Elías guardaba en la memoria la historia gráfica del rey Salomón y las dos mujeres que reclamaban la maternidad de un niño. Su sabiduría consiguió adoptar la decisión más justa. Cuando fuera mayor, como no podía ser rey, sería abogado. Después llegó el eclipse total y se fundió en negro la panorámica del mundo que lo rodeaba. Entonces su madre le dijo que la Justicia era ciega y Elías retomó su vocación. Lo contrataban mucho para la defensa de familiares de víctimas de viudas negras. Ganaba siempre porque no sucumbía a los encantos visuales de las féminas. Hasta aquel día en que la mujer se introdujo con él en el ascensor y, cogiéndole las manos, las guio por las curvas de su cuerpo. La Justicia será ciega, pero conserva el gusto, el oído, el olfato, y sobre todo, el tacto, dicen que murmuró satisfecho, cuando perdió su primer caso.

8 comentarios:

Cora Christie dijo...

Como me gusta esta historia tan irreverente como divertida.
Enhorabuenísima, Lola.

Lola Sanabria dijo...

Me alegro de que te lo hayas pasado bien leyéndolo.

Un abrazo refrescante, querida Cora.

Victoria dijo...

Genial, mi Lola, genial. A ver cuándo nos sorprendes escribiendo algo malo. Besitos grandes, grandes.

Lola Sanabria dijo...

Eso es porque me lees con mucha benevolencia, Victoria.
Besos a pares.

Miguelángel Flores dijo...

Eres buena y punto.

Un abrazazo, Lola mía.

Lola Sanabria dijo...

Un abrazo con sabor a mar desde Lekeito, mi niño.

Noviembre púrpura dijo...

me encanta como escribes Lola. (Analía)

Lola Sanabria dijo...

Mil gracias, Analía.

Un abrazo enorme.