19/8/16

BELLEZAS DEL CARIBE

Tomada de la red.

Nosotros somos sus criaturas animadas. Baja el sol en un pasillo de luz y amanece en las profundidades. Se abren en el fondo las varillas de un abanico de color. Corales lilas, amarillos, granates, azules, verdes. Grandes ramas de gorgonias donde se hospedan pequeños moluscos, como las monedas del caribe. El pez ángel mueve sus aletas. Una barracuda busca su desayuno. Los peces manta rastrean la arena. Trompetas y cofres se mueven entre las esponjas. El mar bulle, hervidero de vida.
     Nado. Hacia arriba. El haz  me lleva hacia la superficie. En el cielo no hay ni un jirón blanco ni gris que lo cubra. El sol brilla en todo su esplendor. Me tumbo boca arriba, dejo mi cuerpo a la deriva como mascarón de barco. Y flotando, en mitad de la calma radiante de una mañana hermosa, llego sin buscarlo a la isla con palmera. Salgo del agua y me siento a la sombra. Saco mi peine de coral y paso sus púas entre mis rizos, largos, largos, de tantos y tantos años. Entreabro mis labios. Primero un susurro. Luego un tarareo bajito. Pero la canción empuja desde dentro, se abre paso y sale a borbotones. Dulce a mis oídos como el trinar de los pájaros. Se eleva mi voz, enredándose en las ramas del árbol, sube hasta el cielo, se adentra en el mar. En el horizonte asoma un barco. Viene hacia aquí. Y en la proa, como otras veces, un capitán amarrado al mástil. El marinero, aterrorizado, se encierra en la bodega. Sin nadie al timón, la nave se estrellará contra los arrecifes. Mis canciones no son para buscar la ruina de ningún hombre. Mis canciones nacen del gozo del verano, del sol calentando mi cuerpo, de la alegría de sentirme viva. Y sin embargo sigue la leyenda.

4 comentarios:

Cora Christie dijo...

Cuantas leyendas cuajadas de mentiras. En tantos cuentos de sirenas... o de lo que sea.

Qué bien, pero que bien escribes, Lola.

Aunque me lleves por caminos que como en el anterior, me dejan un poso, o muchos, de angustia.
Menos mal que este me ha hecho sentir la esperanza de que antes de que anochezca, seré capaz de escuchar un canto de sirena, sin sentirme atada al palo mayor.

Lola Sanabria dijo...

Hay cantos bellísimos, querida Cora, sal al balcón y escucha.

Un abrazo sereno.

Recomenzar dijo...

y sigo disfrutando de tus letras

Lola Sanabria dijo...

Muchos besos agradecidos, Mucha.