13/10/14

EQUIDAD

Tomada de la red.


Decían que Rosa era bruja. Al poco de llegar al pueblo, los granos de las espigas de Santi engordaron hasta reventar las vainas. Se acabó el hambre de la familia. El pequeño Tomás se precipitó desde la torre de la iglesia y aterrizó como una pluma sobre la acera. Que un meteorito cayera en la plaza aplastando al maltratador marido de Rosa, pudo ser casualidad, pero que lo rematara una lluvia de calabazas, eso era otro cantar. Todos la defendieron cuando la Guardia Civil quiso apresarla. Aquello, dijeron mirando al cielo, no era cosa de brujería, aquello era justicia divina.

9 comentarios:

Salvador León Menguiano dijo...

Justicia divina o lo que fuere, hacen
falta muchas Rosas por todas partes.
un abrazo Lola . Siempre un placer leerte.

Lola Sanabria dijo...

Un gran ramo de rosas.
Abrazos agradecidos Salvador.

Juan Leante dijo...

Craso error mandar a la Guardia Civil en los tiempos que corren. Lo conveniente hubiera sido ofrecerla un puesto de consejera en cualquier ministerio u entidad financiera. Es mucho más efectivo si se trata de contrarrestar sus poderes.
Besos.

LA CASA ENCENDIDA dijo...

Hay quién tiene magia y los "malos" siempre deberían pagar sus fechorías.
Besicos muchos.

Lola Sanabria dijo...

Ahí le has dado, Juan. La próxima vez a por el cargo.

Yo también echo de menos, a veces, el poder de una super heroína, Nani.

Abrazos a pares.

Nenúfar dijo...


Lola, que el tema del maltrato, bien directa o indirectamente, es recurrente en tus relatos es algo conocido. Me asombra tu capacidad para hacerlo sin resultar cansina, aburrida, previsible... Y para abordar el tema con delicadeza, desde distintos puntos de vista, con diferentes tonos y matices, teniendo siempre algo nuevo que ofrecer.

Lo de la lluvia de calabazas me hizo sonreír, por inaudito e inesperado.


Un abrazo.

Lola Sanabria dijo...

Soy consciente de ello, Nenúfar. Y no dejo de escribir un relato sobre el maltrato aunque tenga presente que es algo recurrente en mí. Simplemente me llama y yo acudo a la llamada. Me alegra un montón que lo hayas visto tan acertadamente.

Abrazos a pares.

Ojo Avizor dijo...

Me gusta esta historia interminable, con la que no solo me reconcilias con la justicia...poética, sino que has conseguido que me sienta reconfortada.

No se puede decir tanto y tan bien en tan breves líneas.

Lola Sanabria dijo...

Con la tecla podemos hacer justicia cuando nos dé la gana, Ojo. Es nuestro consueleo.

Abrazos a pares.