27/8/19

EN MIS MANOS



Resultado de imagen de Mujer fumando a la entrada de urgencias
Tomada de la red


A pesar de la cara machacada por los golpes y la sangre borboteando como un geiser de la herida de la cabeza, lo reconocí al instante. Estaba siendo una noche agotadora tras lo ocurrido durante aquel concierto; todos estábamos exhaustos. Así las cosas, el protocolo era mero papel mojado a esa hora lindante con el amanecer, cuando la riada humana se había cortado dándonos una tregua. Miré hacia el pasillo: parecía la piel muerta de una culebra. Ni un alma. Algunos estarían recostados en cualquier rincón, otros moverían el palito de plástico blanco dentro de un brebaje negro que simulaba café. En el cielo se aclaraba poco a poco la línea cortada de los edificios. Escuché los ronquidos de la agonía. Lo dejé morir. Luego empujé la camilla por Urgencias. Crimen fue lo que hizo aquel desalmado con mi niña.





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