21/10/18

AGUJEROS DE GUSANO

Tomada de la red



La momia ha vuelto a salir de caza.
Chapucera y descerebrada,
trastabilla por las calles deshabitadas.
Los vecinos echan la tranca a las puertas
y esperan a que todo acabe.
Juegan al mus o al parchis,
tanto da.
El primer disparo de escopeta
aún impone con su ¡Pum! que retumba
en los riscos y vuelve como un gigante aterrador.
Y sigue el pimpampún enloquecido.
Sólo hay que esperar
arrullados por el calor del fuego que nunca se apaga.
Llora.
La momia llora.
Se descorren cerrojos, se quitan trancas.
Un otoño más que lo siente mucho.
Todos se le acercan
la rodean con sus brazos de sarmiento
y sus corazones de barro.
Le susurran, la consuelan, ya no importa.
Pero antes, le quitan la escopeta.
Lo saben.
Saben que las armas las carga el diablo.
Lo saben después de siglos de experiencia.

2 comentarios:

José Antonio López Rastoll dijo...

Esas historias silenciadas en los pueblos, secretos a voces... Felicidades.

Un abrazo.

Lola Sanabria dijo...

Gracias, José Antonio.

Par de abrazos.