30/4/18

LA NARIZ. (DUELOS). LA REDONDA TE CUENTA


Mamá se fue la madrugada del dos de noviembre, pero ella no lo sabe. Me busca a cualquier hora del día o de la noche para hablarme de la abuela que murió hace años, del paso del tiempo, de la vejez y de la enfermedad a las que ha temido toda su vida. Está transcendente, aunque no por eso deja de cocinar, planchar, poner la lavadora y ver las telenovelas. Yo no tengo ganas de hacer nada. Aún no he superado la pérdida.
 
Mamá ha sido muy guapa desde niña, y la nariz siempre fue su mayor orgullo. Perfecta como la de Cleopatra, aunque Cleopatra no tenía una nariz tan recta. Yo retiro los espejos a su paso. Cubro el de la entrada con una sábana, el del cuarto de baño con un pañuelo. Todo para que no vea que su nariz, su hermosa nariz, ha comenzado a descomponerse. Todo para retardar el momento aterrador en que se dará cuenta de que está muerta.

6 comentarios:

Cora Christie dijo...

Belleza descriptiva y angustia mucha angustia final, la descomposición y la nada.

Una terrible pesadilla en blanco y negro.

Bordas la escritura.

Uff

Lola Sanabria dijo...

La mente recicla y da salida a la angustia de las pérdidas, querida Cora.

Un abrazo a lo grande.

Isabel dijo...

Estremecedor y hermoso a la vez.

Abrazos.

Juan Leante dijo...

De auténtica pesadilla. Extraordinaria puesta en escena. Enhorabuena.

Lola Sanabria dijo...

Mil gracias, Isabel.

Par de abrazos.

Lola Sanabria dijo...

Literal lo de auténtica pesadilla.

Gracias, compañero.

Besos y más.