Imagen tomada de la red. |
Siento el brazo largo de la Navidad el día en que voy a comprar a mi súper y en el lugar donde estaban los boquerones, hay una montaña de langostinos tigres y gambas. Adiós a mi pescado favorito hasta el nuevo año, me digo. Empujo el carro por el pasillo en busca del pan Bimbo y las tostadas integrales, pero me encuentro con los turrones, los mantecados, las almendras, los bombones y las frutas escarchadas. Me acerco entonces a la carnicería, pido mi tapilla de siempre y el carnicero me dice que de eso no hay, que me lleve medio cordero lechal o cochinillo. Tiene el mostrador atiborrado de carne muerta. Me encamino hacia la charcutería, pero antes de llegar veo que han quitado los codillos de jamón y venden patés y fiambres de pavo relleno, lechón asado y otros delicatessen que me echan para atrás. Salgo con la cesta vacía cuando, al pasar por consigna, observo un portacedés abierto sobre el mostrador. Me acerco y leo: “Selección de los mejores villancicos”. Cojo el portacedés, lo guardo en el bolso y cuando estoy en la calle lo tiro en una papelera.
14 comentarios:
Seguro que te sentiste mejor...
Besos y feliz Navidad,,,
La escritura puede ser un arma de venganza y desahogo eficaz, María.
Abrazos navideños.
Siempre nos queda escribir Lola, claro que sí. Estas fechas son así, buaf.
Un saludo indio
Mitakuye oyasin
Ese disco tirado a la papelera es todo un símbolo.
Bravo.
Un beso.
Totalmente verdad. Todos te dicen qué hay que comer, qué hay que hacer, qué hay que oír... sin comentarios.
Yo, personalmente, me libero (no me digas por qué) el uno de enero. Y doy gracias porque hay muchos que hasta Reyes no levantan cabeza, porque no les dejan literalmente.
No tenías que haberte arriesgado tanto, bastaba con llevarte una lejía y dejarle caer un chorrito al reproductor.
Y por lo demás, haber comprao de todo eso que han sembrado hasta en el último rincón del super. Luego lo abandonas en cualquier rincón (donde el papel higiénico, por ejemplo) y ya te has dado el gustazo de gastar sin ton ni son.
Un besazo.
De llorar y llorar, David.
Tenemos ganado lo del burro, Carlos, que el mismo papa lo tiró por el despeñadero.
La mano de la Navidad es larga, Luisa, y de uñas afiladas.
Lo de la lejía me parece crueldad villanciquera, Juan. ¡Pobres pastorcillos abrasados! En cuanto a comprar sin ton ni son, mejor me lo llevo gratis, si puedo, claro.
Abrazos y besos con dulce de Navidad.
Largo y asfixiante brazo, el de la navidad esa.
Por cierto, que imagen más poderosa en medio de tanto almíbar, ese mostrador lleno de carne muerta.
Abrazos, navideños (o no)
Mi comando individual ha colocado el cadáver de un pobre cochinillo, infante aún, entre las cajas de los pralineses y un besugo con ojos de cogorza de años, junto a los recambios de fregona.
Esta noche cenaré alpiste y Don Simón.
Besos
Es como una tela de araña, Amando, nos atrapa a todos.
El besugo está que se sale del mareo que tiene, querida Cora.
Abrazos y besos sin cobertura navideña.
Hola Lola, es dificil escapar de las fiestas navideñas: los niños, los olentzeros, los papa noeles importados, los santa claus reciclados y los cientos de reyes magos que pueblan nuestras calles como si fuera todo ...¡mágico!... Yo, personalmente, me quedo con la magia auténtica: ¡la de todo un año junto a las personas que mas quiero! y en estos días aprovecho para "acoger" a todos los amigas y amigas que se fueron y que como dice la canción ..."vuelven sólo, por Navidad"...
No soy detractora de las Navidades, pero cuando esté sola... aprovecharé para marcharme a otros lugares y conocer otras tierras... (si las fuerzas y el bolsillo me aguantan claro).
Un besazo y lo de la "carne muerta" muy expresivo visualmente. Gracias por todo tu apoyo y que podamos vernos de nuevo!!!Será en el 2014! seguro.
¡¡Felices vacaciones, Laura!!! Y no olvides ese viaje sola, seguro que será algo grande.
Mil besos.
Detesto estas "fiestas" en las que sólo festejan los que, en realidad, festejan todo el año.
Te dejo mi cariño, Lola
Has dado en el clavo, Patricia. Estoy contigo.
Doble de besos.
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