3/1/12

CARAMELOS


Imagen cogida de la red

Hace años, cuando intenté llevar a un Consejo Escolar las quejas de unos padres sobre un profesor de instituto que trataba a los alumnos de niños de teta y tontos, el director no me dejó hablar aduciendo que no se podía hacer y nombró no sé qué Ley. Cuando terminó el Consejo, lo alcancé en el pasillo y le pedí que me dijera dónde estaba publicada esa Ley. Me llevó a su despacho, me leyó un párrafo sobre competencias de los C.E y me despidió con ¡un caramelo!
En la siguiente asamblea convocada por la Asociación de Padres, expuse lo que había ocurrido. Los padres me dieron su apoyo para llevar, como su representante, en los siguientes consejos escolares, aquellas quejas que plantearan. Así lo hice, pero con respeto, no como algunos profesores que no dudaban en poner a caldo a los padres y, reír, acompañados (esto es lo triste) de ciertos padres y alumnos, las ocurrencias de unos y otros cuando se estaba tratando de algo tan serio como era la expulsión de un chico (carne de cañón) del instituto para siempre, o sea a la p. calle donde todos le pronosticaban un futuro más que negro. No negaré que mi defensa, una y otra vez, de que en la educación estaban implicados alumnos, padres y profesores, me dio más de un quebradero de cabeza. Pero no me arrepiento.
En el ámbito de la Literatura, existen autores que no se implican socialmente con sus escritos, sin embargo ocurre que no dejan pasar en su vida malos tratos, ni vejaciones, ni insultos, ni mordazas de ningún tipo. ¡Chapeau por ellos! Luego están los que escriben textos denuncia y son consecuentes con lo que predican plantándoles cara a quienes abusan, de una u otra forma, de los demás. ¡Olé sus ovariocojones! Pero ¡ay!, también nos encontramos con quienes hacen literatura social, pero aceptan ese caramelito.
¡Cuidado, queridos blogueros!, si perdemos la dignidad, el compromiso; si no levantamos la barbilla, si nos dejamos sobornar por cantos de sirena, decidme ¿qué nos queda?

25 comentarios:

Rosa dijo...

Jooo Lola parece que me has leído el pensamiento. Cuando callamos ante los abusos, cuando nos conformamos con el caramelito y agachamos la cabeza, les hacemos el juego a los abusones, a los "cállate que tú no cuentas" a los que intentan imponer su voluntad saltándose las leyes a la torera y usando solo las que les vienen bien...
Pues eso que no puedo con las injusticias y ahora mismo hay cada día más...La vida me da mordiscos...
Perdón pero llevo unos días...
Mil besos desde el aire

AGUS dijo...

Totalmente de acuerdo. Uno si predica - que como bien dices es libre de hacerlo o no - debe predicar siempre con el ejemplo. La literatura, por supuesto, siempre ha tenido un cariz social y comprometido, y debe seguir teniéndolo. Pero, tal y como dices, debe ser independiente,ir por libre, ajena a los caramelos del poder que siempre suelen estar envenenados y saber a rayos. Gracias por el puñetazo en la mesa. Claro, rotundo, revelador.

Abrazos, besos.

Lola Sanabria dijo...

"Cállate que tú no cuentas", mejor dicho, imposible, Rosa. Ante eso, sacar pecho y hablar alto, muy alto. Y si nos quedamos con cuatro al lado, será porque los demás no merecían la pena, estaban de pegote, al sol que más calienta.

Sí, Agus, ajenos al poder, pero el poder se ejercita desde dentro de la familia a los grupos que se forman; también en literatura, también entre blogueros. Hay que huir, hacer un acto de reflexión cada dos por tres, para no caer en esas redes tan espesas, en esos caramelos, como bien dices, envenenados.

Abrazos muy, pero que muy fuertes para los dos.

Miguelángel Flores dijo...

Joder, Lola, ¿y dónde dan esos caramelos blogueros?
Lo que es cierto es que siempre ha existido el contestatario de diseño, el progre de teorías, el revolucionario "hazloqueyotedigaynoloqueyohaga", que lo único que le importa es su propio beneficio. De esos creo que todos conocemos. Y sí, tienen altos grados de glucosa en la sangre. Pero en la blogosfera, me he perdido (claro, soy muy nuevo, y me lo creo todo). Ahora estaré ojo avizor.

Un abrazo, Lola.

CDG dijo...

Como comparto lo escrito (y qué bin escrito) por ti y por los comentaristas, sólo te diré que me ha gustado lo que le he leído.
Es tanto tan injusto y poco lo justo. Y muchas veces porque queremos.
Un saludo

Amando Carabias dijo...

Creo que fue JRJ quien escribió que la ética es antes que la estética.
Magnífica entrada.

Mar Horno dijo...

Llevaba toda la Navidad sin poder leer los Blog de amigos. Menudo zarandeo de conciencia me llevo de aquí después de dulces, licores y empacho de familia. Un beso LOla y ánimo, que lo que nos queda por delante no es poco.

Elysa dijo...

Hay mucha gente, Lola, que vive atenazada por el miedo. Aceptan el caramelo para evitar males mayores aunque vean que se están perdiendo derechos que han costado mucho esfuerzo. No se dan cuenta que si siguen bajo el yugo de ese miedo los siguientes, cuando no exista nadie que reclame, serán ellos. Hay que enseñar que el esfuerzo de enfrentarse a los que nos pisotean merece la pena, podemos conseguir mejoras pero aún si esto no fuera así merece la pena sentir que por lo menos no te has callado ante las injusticias. Hay que denunciar y actuar y no dejarse engañar por esos “caramelos”
Besitos

R.A. dijo...

lOLA YO NO SÉ SI SE VA A ENTENDER TODO LO QUE HAS QUERIDO EXPRESAR.


Como yo sí sé de qué va la vaina, pues te digo que no acepto caramelitos. Buena voluntad sí, comprarme no.

Abrazos

Rocío Romero dijo...

Lola querida,
Por lo que ya nos conocemos supongo que no es una reflexión gratuita... y que ha habido algo que te ha hecho pensar "en voz alta".
En mi caso la literatura a veces denuncia y otras solo cuenta -sin mucha intención más allá de la narrativa en sí-, pero desde luego hay que tratar de ser consecuentes. También hay que tener en cuenta el carácter particular, porque sin necesidad de que haya malas intenciones, unos somos más guerreros y otros menos... No sé, me has hecho pensar.
En fin, besitos reflexivos

Lola Sanabria dijo...

Bien dicho, Miguel Ángel, también están los de darse golpecitos con el puño en el pecho. En cuanto a perderte algo, no creo que merezca la pena señalar qué, has captado muy bien la esencia y espero que te sirva para no caer tú en la trampa.

CDG, me alegro de que te haya llegado. Últimamente hay mucho compadreo y poca autocrítica.

Yo también lo creo así, Amando.

Sí, Mar, lo que nos queda por delante es bastante duro, pero yo soy de la opinión que para cambiar las cosas, aunque sea mínimamente, empieza por tu entorno, llevarás andado mucho más de lo que crees del camino.

Claro, Elysa, pero mira si a tu lado alguien te está pisando el pie, podrás conseguir algo rebelándote en ese preciso momento.

Ro, yo creo que quien calla otorga, y que a quienes iba dirigido personalmente el post se han enterado perfectamente, si no, pues aquí estoy para aclararlo por mail a quien esté interesado, como la vez anterior, pero no voy a darle tres cuartos al pregonero. En cuanto a todos los demás, ya lo ves, no hace falta que sepan de dónde viene mi INDIGNACIÓN, para captar la esencia de lo que quiero transmitir.

En cuanto a la buena voluntad yo creo tener mucha, pero ante el atropello, la mordaza, el insulto... TOLERANCIA CERO.

Rocío, la literatura no es un ente abstracto que esté más allá de la vida, que no se impregne de ésta. Todo lo que hacemos responde a un proyecto de vida, a qué clase de persona queremos ser. Y sí, como ya habrás adivinado, responde a una reflexión a raíz de. Yo, personalmente, no aceptaría nada, ni jalearía a quien ha mostrado una actuación deleznable.
Valoro especialmente esta entrada tuya. Ya sabes por qué.

Lluvia de besos y abrazos para todos.

R.A. dijo...

Ya sé que tú tienes buena voluntad y mucha otra gente, es por ello que lo decía... los caramelitos de las malas voluntades son los que no acepto yo tampoco.


Besicos

Lola Sanabria dijo...

Me alegra leer esto, de veras que sí, Ro.

Mil abrazos.

Pedro Sánchez Negreira dijo...

Lola, yo estoy muy perdido con respecto a lod disparadores de tu reflexión-advertencia-denuncia. Quiero decir que no tengo ni idea de a qué te refieres en concreto.

Dicho esto, añadiré que no puedo estar mas de acuerdo con lo que dices y que intento, cada mañana, recordar aquellos valores en función de los que vivo y hacer balance permanente de mi congruencia para con ellos. La cosecha de mantenerse fiel a determinados valores tiene su precio, claro está. Precio que pago, las más de las veces con agrado y algunas con el dolor que produce la decepción.

En definitiva, que ignoro el motivo pero me adhiero a la causa.

Nada más. Un abrazo.

Lola Sanabria dijo...

Como bien dices, Pedro, hay que estar vigilante. En este mundillo de escribientes es bastante fácil caer en la vanidad y la estupidez.

Abrazos, mil.

Juan Leante dijo...

Desgraciadamente en este mundillo, (al que me adhiero como lector) existe como en tantos otros diferentes la figura del: trepa, pelota/lamecul@s, vanidos@, chupopter@, babos@, etc; y por tanto no nos vamos a extrañar. Creo que todos hemos dado, en algún momento, algo de comer a esta fauna prestándonos a compartir su aureola de éxito mal digerido. Eso no quita para que hagamos una reflexión sobre a donde nos lleva participar en esos concilios donde se regalan evaluaciones y caramelos. Personalmente, prefiero antes un texto atropellado con corazón, que otro con mucha técnica pero sin entrañas.
Como dice el refrán: Dios los cría y ellos se juntan.
Besos y ánimo.

Unknown dijo...

Creo, Lola, que este gravísimo problema social, el 'no te metás' le llamamos en Argentina, parte de la familia. Hay familias dadas al secreto y al abuso. El primer deber social es habitar una familia donde todos puedan hablar, incluidos viejos y niños, aunque esta aclaración pueda parecer graciosa. Quien viene de un hogar justo jamás pensaría en agachar la cabeza y aguantar lo que no se debe. No en la vida y, desde luego, no en la literatura que es parte de ella.
No conozco el motivo de tu indignación, pero sé lo que es soportar el horror de tener a un abusador con sus caramelos cerca.
Un beso grande

Lola Sanabria dijo...

Yo también, Juan, prefiero el soplo de aire fresco que el aire espeso y rancio de un cubículo.

Como bien dices, Patricia, en cualquier familia, (la literaria lo es), hay abusadores. Ojo avizor.


Abrazos, miles, madrugadores.

Odys 2.0 dijo...

La culpa es de los Reyes Magos, todo es mentira, desde el mismo principio. Clarissse, Clarissse!

PD: un pajarito me dijo que te acordaste de mí, y no precisamente para mentar a mis muertos. Muchas gracias, y un beso.

Lola Sanabria dijo...

Este año, los Reyes Majos, nos van a traer un buen cargamento de carbón. Normal, somos muuuuuy malos, Alberto.

Ese pajarito te informó bien. Y es que a mí me gusta la literatura canalla y el enfant terrible que te habita.

Abrazos canallas.

Unknown dijo...

Esta mañana he encontrado entre los regalos que me han dejado en casa varios pergaminos pequeñitos con relatitos para regalar. Este tenía tu nombre así que te lo envío para que lo tengas. Me alegro de haber descubierto este microuniverso repleto de gente imprescindible. Feliz día de reyes.
20.- ¡Dios! Ibook fundido, Ipad sin conexión y además el Iphone se ha vuelto a quedar sin batería. ¿Es que no te has dado cuenta que debo hacer llegar mi carta a los reyes magos?

Lola Sanabria dijo...

La escritura nos compromete tanto como la vida. Porque es parte de ella y, sobre todo, parte sustancial de nosotros mismos, importa lo que escribimos y cómo obramos.

"Iguala con la vida el pensamiento", decía un poeta español del siglo de oro.

Un abrazo enorme.

Gemma Pellicer

Lola Sanabria dijo...

Nada de Reyes Majos, Fernando, castigado sin carbón siquiera.

Gemma, he tenido que copiar y pegar tu comentario porque tengo problemas con el correo y lo había eliminado sin querer. Buenísimo tu comentario.

Mi cariño para vosotros como regalo de Reyes.

Anita Dinamita dijo...

Lola, guapa, hay caramelos que mejor no digerir o se te atragantarán toda la vida.
Me gusta todo lo que has contado, habla de una persona luchadora, y sé que no dejarás de hacerlo nunca. Que la literatura siempre nos acompañe y nos ayude.
Abrazos

Lola Sanabria dijo...

Tú lo has dicho, Anita, hay que escupirlos lejos, para no emponzoñarnos.

Abrazos varios.