10/12/11

LA QUEJA INFINITA

Lars Graff

Llevamos media vida así. Tú siempre con la boca abierta; yo barriendo y despejando el camino. Media vida es mucho y estoy cansada. Esperaré sentada aquí en lo alto, como juez de silla. Saltarán los batracios, se arrastrarán los reptiles por tus zapatos. Se amontonarán y subirán hasta tu barbilla. Y una de dos: o cierras la boca de una maldita vez, o te tragas y te ahogas con tus sapos y culebras.

35 comentarios:

Pedro Sánchez Negreira dijo...

Me has dejado pensando en lo duro que es estar sin querer estar. A mi me pasó durante demasiado tiempo.

Muy buen micro, Lola.

Un abrazo admirado.

Lola Sanabria dijo...

Sobre todo cuando tienes que escuchar a alguien cómo echa por la boca sapos y culebras.

Abrazos de madrugada.

Susana Camps dijo...

Me llega, más que las otras, la frase "media vida es mucho y estoy cansada". Quizá de tan sencilla y real, o porque se acerca a mis propios cansancios.
Me gusta cómo tocas este tema, y el aire nuevo (me parece) de los últimos micros. Abrazos.

Mar Horno dijo...

Yo soy bastante quejica, lo reconozco, soy insoportable. Que si mira todo lo que tengo que hacer, que si nadie me ayuda, que si estas niñas van a acabar conmigo, que si estoy hasta las narices de limpiar, de plancar, de sonar mocos, de ayudar a hacer los deberes, de levantarme dos veces por la noche para ayudar a hacer pis, que si vaya mierda de vida que llevo. Total, que mi marido es un santo. Pero como yo soy una quejica redomada sigo pensando que la santa soy yo. Los sapos y culebras los mantengo a raya pero el día menos pensado me ahogo, te lo digo yo, o ahogo a alguien. Que será lo más probable. Un beso Lola, tú ya me entiendes.

Miguelángel Flores dijo...

Yo no le daría opción, Lola, te lo aseguro. Con el infinito hago yo un lazo, se lo ato al cuello y lo engancho del primer tren que pase. Ya verás como el ejercicio le da por pensar.

Abrazos.

Lola Sanabria dijo...

Todas/os tenemos nuestros cansancios, Susana, pero hay quien sólo ve el suyo y el otro tiene que hacerse cargo de alguna manera de ambos cansancios.
Me alegra de que te guste y veas un aire nuevo en los últimos micros. Desde la silla de juez se ven las cosas con más perspectiva.

Cuando los hijos son pequeños, Mar, no tienes ni un minuto de respiro, exigen mucho y a veces no te dan tiempo a recuperar fuerzas. Todas las madres/padres, hemos pasado por ese agotamiento. Así que la queja es infinita, sí, pero funciona como puro desahogo, para no retorcer algún cuello.

Medida drástica, Miguel Ángel, mejor que un bozal, para quien ladra a todas horas y espera que el otro/otra le vaya allanando el camino.

Abrazos sin quejas de ningún tipo.

Unknown dijo...

Te diré, Lola, que tu protagonista tiene suerte: al menos no le ha comido la vida completa.
Conozco a quien se pasó la vida tirando sapos y culebras junto a alguien que ocupó la suya en limpiarlos rápidamente, cosa que hicieran el menor daño posible.

Extraordinario!!!!!

Felicidades por esta joya de micro.

Lola Sanabria dijo...

Muchísimas gracias, Patricia, por considerar este micro como una joya. Eres muy generosa.

Abrazos como perlas.

Javier Ximens dijo...

Me ha recordado el canto de las sirenas pero al revés: La sirena doméstica que está hasta la escoba del continuo cantoquejica del marinero de sillón. Mola, Lola. Me gusta.

MJ dijo...

Si es medianamente inteligente, el tipo en cuestión cerrará la bocaza de una vez por todas.
Gran micro, Lola.

Un beso.

Lola Sanabria dijo...

Una visión diferente y muy interesante del micro, Ximens.

MJ, los hay capaces de ahogarse con tal de seguir escuchándose, su voz es lo que importa.

Abrazos a pares.

Flavia Company dijo...

Tuve la suerte de estar en el programa Wonderland en que se te concedía la mención por el micro Ensayos. Me pareció realmente muy bueno, tal como dije en antena. Felicidades y abrazos.

AGUS dijo...

Me gusta mucho la forma que has elegido para contar una historia cotidiana de desgaste. Además, le veo una segunda lectura social, en el contexto de arrimar el hombro, todos juntos, en la misma dirección.

Abrazos, besos.

XAVIER BLANCO dijo...

Lola, siempre dices mucho en muy poco, y eso es una gran virtud. Me gusta esa decisión de la protagonista de tirar la escoba, que no es mas que la rutina, que la perseverancia, que el dar sin recibir. Después de media vida limpiando el camino ya está bien. Esa nueva perspectiva, ese simbolismo del juez de silla, dios ecuánime...
Creo que este se ahoga, prefiere hacerlo, antes que reconocer que aunque sólo sea algunas veces no tiene razón.

Un abrazo

Elysa dijo...

Me pasa como a Susana esa frase "media vida es mucho y estoy cansada" es tremenda, llega muy nítido ese cansancio y tanto aguantar al lado de alguien así.

Besitos

Lola Sanabria dijo...

Muchísimas gracias, Flavia, por tu entusiasmo al comentar Ensayos en Wonderland. Un lujo tenerte por aquí.

Siempre ves la intención oculta, el detalle, lo que va más allá, Agus.

Xavier, ya era hora de tirar la escoba y sentarse a ver qué hacía el quejica.

Sí, Elysa, el cansancio es lo que más y mejor se deja ver.


Puñado de besos a repartir.

Mónica Ortelli dijo...

Alguien que abre los ojos, o empieza a escuchar, realmente, y piensa en su propio bienestar, que es como empezar a quererse. Nunca es tarde.

Lola, te agradezco el comentario en mi último micro. Es que no puedo responder allí ni comentar en ningún otro blog con el mismo tipo de diseño.
Abrazos y hasta el próximo.

Lola Sanabria dijo...

Sí, Mónica, nunca es tarde para escucharse a uno/a mismo/a.

Abrazos madrugadores.

PD. Gracias a ti por pasarte por aquí.

Sergio DS dijo...

Los de los sapos y culebras no mueren ahogados por ellas, siempre las arrojan.

manuespada dijo...

Aún le queda la otra mitad de la vida para enderezar la cosa, aunque nunca se sabe si lo que viene será mejor, al menos, no será peor. Besos.

Lola Sanabria dijo...

O se quedan más solos que la una, Sergio.

Carpe diem. Hay que arriesgarse, Manu, vivir cada minuto del presente, porque el futuro no existe.

Abrazos de osa.

Maite dijo...

Yo hace tiempo que tengo que dicho que si no voy a hacer nada para cambiarlo, lo mejor es dejar de quejarme. Y estoy de acuerdo, al que mucho se queja, si no pone remedio, que con la boca abierta se coma los sapos, las culebras, y el tedio.

Lola Sanabria dijo...

Es que los hay muy, pero que muy quejicas, Maite.


Abrazos a pares.

Rosa dijo...

Es cansado escuchar al otro quejándose continuamente y no oyendo las quejas ajenas...

Me gustan tus mujeres cansadas de aguantar sapos y culebras...

Besos desde el aire

Unknown dijo...

Me gusta ese canto rebelde, Lola. Pero no nos dices cual es la gota que colma el vaso y eso me hace ser consciente de la ficción, aunque a veces es necesario mostrar esa ficción para que la realidad la alcance. Por desgracia, en la vida real, con media vida llena de sapos y culebras a cuestas, la mayoría sólo esperan a que le otra media no vaya a peor y el veneno de las alimañas afecte cada vez menos. Ojalá hubiera más personas que emulando a tu protagonista dijeran: A mi, plim.

Elena Casero dijo...

uf. es que es muy cansina la situación que describes. Yo que ya he pasado de la media vida espero no encontrarme con tantos sapos y culebras en lo que me reste.

Contundente, Lola

Un abrazo

Lola Sanabria dijo...

Cansancio, agotamiento, hartura, hay muchas palabras para definirlo, Rosa.

Fernando, no creo que le haga ningún beneficio al relato decir cuál fue la gota que colmó el vaso, es totalmente secundario y prescindible. De igual modo que en Ensayos no se desvelaba por qué esa madre se planteaba abandonar a sus hijos, dejándolo a la imaginación del lector. Y claro que es ficción, aunque resulte muy real. De hecho, lo de los sapos y culebras ahogando al tipo, es una metáfora.

A esas alturas de la copla, Eléna, creo que ya los has dejado atrás.

Abrazos madrugadores a repartir.

Odys 2.0 dijo...

Los sapos y las culebras salen del pozo insondable cuyo brocal es el ombligo... Croac-croac...

Besos.

Lola Sanabria dijo...

¡Cómo lo sabes, mi niño!

Besos saltarines.

R.A. dijo...

Lola juraría que te he leído este microrrelato antes o me los has enseñado ?

Es que lo de los sapos y culebras es una imagen potente y me acuerdo de ella.

Me han recordado a esos matrimonios mayores que siguen y siguieron por seguir...y de repente un día salen en la sección de sucesos. Nunca hay que aguantar nada, en plan sacrifico no.
Abracicos

Lola Sanabria dijo...

Jura, jura, porque estás en lo cierto. Este microrrelato lo presenté a lo del Museo de la Palabra y te lo pasé para que lo leyeras.

Besos de menta.

Nadia dijo...

El juez de silla tiene licencia para impartir justicia.
Hay que elegir muy bien quiénes son los jueces de nuestra vida.
Un saludo.

Lola Sanabria dijo...

Yo más bien me inclino por no elegir juez ninguno, Nadia, y hacer lo que yo crea justo.
Bienvenida.

Abrazos sin juicios.

ernesto ortega dijo...

Siempre llego el ultimo. Pero me gusto mucho la imagen de ese tio ahogándose entre los sapos y culebras. Y ella a salvo, claro. Muy bueno.

Lola Sanabria dijo...

A lo mejor cierra la boca, Ern, pero parece que no confías en que lo haga.

Puñado de besos.