18/2/10


LA FAMILIA

“Por cierto, ¿hoy es domingo?”. María se toma su tiempo. Pasa el camisón por los brazos en alto de Encarna antes de contestarle.
- No, cariño, aún no.
- Entonces ¿qué día es hoy?
- Hoy es viernes.
- Estoy perdiendo la cabeza.
- No, cariño, te confundes porque aquí todos los días son iguales- la tranquiliza María mientras la ayuda a meterse en la cama.
- Gracias, hija.
Cuando María sale del cuarto, Encarna abre el cajón de la mesilla, saca un almanaque y un bolígrafo, tacha la fecha en rojo y escribe al lado: Sin visitas.


EL SÉPTIMO DÍA

"Por cierto, ¿hoy es domingo, día de descanso?", dijo con un tonito que no me gustó. Me había despertado con el ruido del aspirador; luego quemó mis tostadas; más adelante me pasó la fregona por las zapatillas. Y por último aquella pregunta estúpida. La miré de arriba abajo. Estaba patética con el pañuelo anudado a la cabeza, el delantal de volantes y el trapo en la mano. “¿Acaso me ves trabajando?”, le dije, impaciente, antes de abrir el periódico por la sección de deportes. Y al poco escuché el portazo. No tiene adónde ir; volverá enseguida, seguro. ¿Alguna voluntaria para prepararme la cena mientras tanto?

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