16/4/17

SUEÑO

Tomada de la red.


«Maquinalmente, sin saber cómo, me encontré metida en la sucia bañera, desnuda como todos los días, dispuesta a recibir el agua de la ducha».

Un trocito de Nada pegado al lado de una puerta. Retazos blancos con arañas negras sujetos en las chapas. Engorda la planicie de Andrea, se desprende de su cárcel de papel y busca asiento en el regazo de una señora que dormita el madrugón de la mañana. Baja el Quijote y enloquece frente a la puntada de un arito que atraviesa un ombligo. Cae Pedro Páramo de un relieve de la izquierda y busca, con sus ojos busca. A la derecha, David Copperfield rompe el límite y acaricia la palidez de una anorexia, al mismo tiempo que Justine toma cuerpo, pisa suave y hunde sus dedos en ideas pegajosas. Se descubren y se tocan. Las palabras se atropellan y se mezclan. Veinte estaciones de metro y hablan. Rasgan con los dedos retazos de sus vidas y los pegan  como un puzzle, en hojas de aire. Amanece en las cocheras cuando regresan a su dimensión plana. En un asiento, una niña descubrirá un nuevo libro. Sólo ella. 

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