A ella le gustaba guisar. Canturreaba con los cascos puestos, mientras rociaba la carne con vino e hierbas, cuando su tercer marido volvió del trabajo. El olor del asado le entró por la nariz como un narcótico. Cerró los ojos y sonrió. Dejó el abrigo y la cartuchera colgando del perchero y fue a abrazarla. Guisaba como los ángeles. Dijeran lo que dijeran, no podía ser una asesina. Matar es fácil, la novela de Ágatha Christie lo recibió, como puta abierta de piernas, sobre la mesa de la cocina.
Un libro que espera como una puta de piernas abiertas,,, me llevo esa imagen descomunal.
ResponderEliminar...Y no son pocas las veces en que la piel de la fruta no corresponde a su pulpa; por eso siguen cayendo víctimas en la red.
Abrazo.
Cuando el río suena...
ResponderEliminarFantástico micro Lola, es tan visual.
Besos desde el aire
Me subyuga la última frase, que además de cerrar el micro y enlazar con el título cambia los tintes de una historia que hasta entonces deambulaba por otros derroteros. Matar es fácil... Inquietante.
ResponderEliminarAbrazos.
Quizá aún esté a tiempo de recordar que un demonio no es otra cosa que un ángel caído. O emigrado.
ResponderEliminarEn cualquier caso, quien a hierro mata a hierro muere. Y puestos a diñarla, qué mejor que tras el eructo satisfecho que provoca la ingesta de un maravilloso estofado?
Esa última frase, Lola, es un joya bien pulida. El aroma de tu micro es irresistible...
ResponderEliminarUn fuerte abrazo
A ver si puedes con ella, Juan.
ResponderEliminar....sangre lleva, Rosa.
Facilísimo teniendo un cuchillo a mano, Agus.
Un estofado bien condimentado te lleva al séptimo cielo. Quien dice cielo, dice infierno, ¡qué más da,Alberto!
Puede que se trate de una perla, Patricia, por aquello de las ostras y tal.
Abrazos descomunales.
Pobrecillo, pero mientras no se entere o no quiera enterarse que ha caído, vivirá disfrutando de su cocina como si fuera para siempre. Y qué más da cuando ya no esté.
ResponderEliminarCreo que nos vamos todos con la pedrada de la puta en la frente, divino.
Un abrazo que no mate.
Como ya te han dicho esa última frase es ¡descomunal! En realidad esta "viuda negra" es descomunal.
ResponderEliminarBesitos
Me gusta mucho la estructura de este texto que entremezcla ficción y realidad, sueños y cotidianeidad, imágenes antagónicas. Un abrazo.
ResponderEliminarGastronomía documentada. Luego dirá que no avisó. El detalle de la cartuchera sospecho que es una pista sobre la sagacidad del tercer marido. Pobre.
ResponderEliminarPues sí, Miguel Ángel, que le quiten lo bailado.
ResponderEliminarLa viuda negra es una mujer de exquisiteces, Elysa.
Efectivamente, Manu, no hay nada más antagónico que lo dulce y lo amargo en esta vida.
Sospecho, Ximens, que era un hombre de armas tomar.
Abrazos pacíficos.
Me gusta el mensaje del libro rematando el mensaje del micro. Muy bueno.
ResponderEliminarY a mí me alegra que te guste, Yolanda.
ResponderEliminarBesos sin libro.
Ese final con la novela abierta es... sencillamente genial. Me encantó. Y el resto del micro es taaaaan tuyo, que no puede dejar de gustarme.
ResponderEliminarsaludillos
Muchas gracias ranita por saltar de tu charca hasta aquí.
ResponderEliminarBesos principescos.
Qué buen micro, Lola.
ResponderEliminarY encima el marido era poli. Me encanta.
ResponderEliminarAbrazos,
Ana
Es lo sabroso del relato, Ana, que encima el pringado sea un poli.
ResponderEliminarPar de abrazos.