Mamá me ayuda a vestirme. Me peina una coleta y la abraza con un lazo azul celeste. Luego me mira y da su aprobación. Mamá está muy atareada. No deja de ir de un lado a otro. De la cocina a la habitación. Vuelve a detenerse a mi lado, moja sus dedos en saliva e intenta domar el remolino en el arranque de pelo de la frente. Mamá, llamo. Pero no escucha. Va otra vez a la cocina y bebe un sorbo de tisana. Mamá, insisto. Y ella me dice que no tiene tiempo para nada, que se ha hecho tarde y debe arreglarse para estar bien guapa. Se coloca la pamela frente al espejo. Se mira y remira, buscando algo que hacer. Pero no hay nada. Me acerco y la abrazo. No debí aceptar la invitación a la boda de tu padre, dice al fin. Deja caer las manos a lo largo del cuerpo y se echa a llorar.
Olé mi Lola ;) otro librito para la librería, y tiene una pinta estupenda. El relato refleja muy bien las dos perspectivas, la de la niña y la del adulto. Felicidades.
ResponderEliminarGracias, hermosa. Me voy a currar. ¡Vaya rollo!
ResponderEliminarAbrazos madrugadores.
Enhorabuena, Lola. El relato lo vale, claro que sí. Me gusta mucho la manera en la que el lector es la niña, que no se entera de nada hasta el final. Y el trasiego, las idas y venidas, el nerviosismo de la madre que muestran esas cicatrices, esas heridas del desamor. Estupendo.
ResponderEliminarAbrazos, besos.
Qué bien, otra publicación. Estás imparable. El relato es todo un dardo.
ResponderEliminarAbrazos.
Lola, sin duda es un mal trago, me imagino yo. Pero el bueno es la publicación de este micro, me alegro mucho por ti. ¡Felicidades!
ResponderEliminarCómo me gusta, Lola. Siempre ese tono sencillo (me encanta así), detalle por detalle, de forma casi cinematográfica, la coleta, el lazo, el remolino, la tisana, la pamela, las lágrimas. Joer, qué bueno!!
ResponderEliminarAdemás tiene ese toque tuyo de sentimientos desbordados. Y enhorabuena por la publicación (tendrás una estantería especial para todo lo tuyo ;)
Besitos admirados y buen finde
Estupendo, Lola!!! Mil felicitaciones por la publicación, pero mas aun por este micro extraordinario.
ResponderEliminarAunque el texto desgarre tiernamente, leerlo es una fiesta.
¡enhorabuena, Lola¡ que lo mereces. Me gusta el relato visto desde la perspectiva de la niña.
ResponderEliminarUn abrazo
La mirada de la niña, de todos los niños, es especial. Lo has cogido, Agus.
ResponderEliminarSiempre es un orgullo que te publiquen, Susana.
Nicolás, cara y cruz de la moneda, sí señor.
Me alegro de que te guste, Rocío, creo que está en tu línea, porque tú tienes esa sensibilidad con el mundo infantil.
Sí, bueno, hay una balda que se va llenando.
Tú lo has dicho, Patricia, sin hacer de menos a que lo hayan publicado, el orgullo es el relato.
Abrazos de finde, a repartir.
Hola Lola, aún no he leído todas las vivencias del libro y de una pasada me había quedado con la de Luisa Hurtado y algunas otras conocidas,pero a esta aún no he llegado.
ResponderEliminarMe ha parecido una gran vivencia, vivencia de un momento tenso de la vida reflejada frente al espejo en el que se miran madre e hija. Muy bonita.
Te invito a leer la mía: http://demispalabrasylasvuestras.blogspot.com/2011/10/v-antologia-del-premio-orola.html
Me quedaré por aquí cerquita.
Un abrazo de Laura.
Gracias mil, Elèna.
ResponderEliminarMe paso a leerte, Laura. Bienvenida al blog.
Par de abrazos.
Enhorabuena, Lola, un muy buen relato, una muy buena noticia.
ResponderEliminarBesos
Rota me quedas con el final Lola. Buenísimo, lleno de sensibilidad.
ResponderEliminarEnhorabuena por la publicación!!!
Besazos desde el aire
Gracias, Jesus.
ResponderEliminarGracias, Rosa.
Besos madrugadores.
Felicidades Lola, llevaba tiempo sin venir por tu casa, y ahora me encuentro con muchas cosas estupendas.
ResponderEliminarSaludos y feliz domingo.
Enhorabuena por la publicación Lola, es un bellísima crónica del desamor. Tiene detalles magníficos como esa cinta azul celeste que abraza la coleta. Cada frase es un tesoro que te atrapa. Siempre me quedo con ganas de más cuando leo alguno de tus micro o cuentos. Un beso.
ResponderEliminarDe antología en antología y escribes porque te toca.
ResponderEliminarPobre mamá :-(
Seguro que no estará entre las que se peguen por alzarse con el ramo de la novia.
Estará muy ocupada charlando con el caballero del bombín :-)
Besos.
Felicidades Lola ^_^
ResponderEliminarMientras leía el texto pensaba que saldrías por el tema funerario, así que me ha gustado toparme con que lo triste era realmente una boda...
Besos
:)
Antonio, estamos todos más atareados que un gato en una matanza.
ResponderEliminarDebe de ser un trago bien amargo asistir a un acto donde la felicidad de unos es la desgracia de otros, Mar.
O tal vez sí, Alberto. Lo coge en el aire y lo patea hasta hacer jugo de flores.
Estamos en época, Marina, pero hija, de vez en cuando una deja la tragedia descansar un rato.
Abrazos agradecidos a repartir.
Enhorabuena a tu imaginación. Como de costumbre, logras sorprenderme con estas antologías.
ResponderEliminarUn besazo.
Ah, qué buen micro,Lola. Merecida publicación. Siempre te luces con las voces infantiles. El cierre es absolutamente inesperado. Enhorabuena.
ResponderEliminarUn abrazo fuerte.
Enhorabuena, Lola. Me gusta este micro, es muy visual y llega directo sin artificios al lector.
ResponderEliminarBesitos
Una alegría que aún consiga sorprenderte, Juan.
ResponderEliminarGracias Mónica por hacerme lucir una sonrisa con tu comentario.
Me alegro, Elysa, de que lo hayas conseguido visualizar.
Tres abrazos a lo grande.
Este microrrelato en primera persona tiene mayor fuerza por ser la voz de una joven que es capaz de narrar una escena en la que la tensión de la madre está a punto de explotar. Está expresado muy bien, sin decirlo, lo que le pasa a la madre. Felicidades por la selección
ResponderEliminarMuchas gracias, Ximens, por tu análisis del microrrelato.
ResponderEliminarAbrazos, varios.
Que abandoná te tengo, Lola. Todo esto me supera, no doy a basto.
ResponderEliminarFelicidades, Lola. No me queda duda, tú eras la niña de la coleta.
El otro día hice un comentario sobre ti en el taller de Ginés S. Cutillas, sobre tus capacidades.
Un abrazo, Lola
Es lo que hay. Estamos hasta el último pelo de la cabeza de tanta tarea. Pero bueno, de vez en cuando, paradita y fonda.
ResponderEliminarGracias, Miguel Ángel, por hablar bien de mí.
Abrazos a pares.
¿qUÉ TAL FUE?
ResponderEliminarLo pasaste bien aunque sé que estabás muy cansada?
Ya lo sabes pero te lo digo igualmente, sabes escribi sobre emociones yt sentimientos sin caer en sentimentalismos vanos y cursis.
Muacks!!
Fue como todos los años, un poco largo pero bien, aunque estaba, decir cansada es poco.
ResponderEliminarAbrazos agradecidos, Ro, y sin cursilerías.
Heridas no cerradas.
ResponderEliminarEres muy buena dibujando escenas cotidianas.
Besos, Lola.
Muchísimas gracias, Tor.
ResponderEliminarPar de abrazos.