Se creen inmortales. Suben, confiadas, al coche de desconocidos. Todas iguales. Aunque esta última, no. Tiene una mirada fiera y aprieta los labios con fuerza, como hacía mi hija cuando la castigábamos. Mi pobre niña. Creo que la dejaré ir. Paro el coche. Estoy a punto de abrirle la puerta, cuando levanta los brazos hasta la cabeza y saca el largo punzón de su pelo. Demasiado tarde para coger la pistola de la caja del salpicadero.
Llegó la horma de ese zapato.
ResponderEliminarBesos
buuufff. qué relato más bueno, Lola
ResponderEliminarMuchas gracias por tus felicitaciones. Sé que tengo un presentador de lujo, tan bueno como persona es.
Me gustaría que te acercaras, si puedes.
Un abrazo muy grande
Buen giro. Tal para cual. Pedazo historia en tan poquitas palabras. Muy cinematográfica
ResponderEliminarSaludillos
Buf, Lola. Me he quedado dando vueltas a la frase en la que él menciona a su hija, ahí hay otro micro. La historia es terrible, porque sólo un depredador termina con otro, y así hasta una espiral infinita. Muy buena pieza para pensar en el concepto del mal y sus límites.
ResponderEliminarAbrazos, besos.
Me alegro del desenlace. Hay mucho psicópata suelto y alguien tiene que encargarse de ellos.
ResponderEliminarBesos Lola
:)
Quién a hierro mata...Muy bueno Lola como todo lo tuyo.
ResponderEliminarBesos desde el aire
No se puede vacilar cuando uno se juega el todo por el todo... Buenísimo.
ResponderEliminarUn beso
El cazador cazado, una de las historias que más disfruto.
ResponderEliminarExcelente, Lola.
Enhorabuena.
El cazador cazado. No sé por qué este tipo de cuentos hace aflorar mi vengadora interior..., y me gustan.
ResponderEliminarUn abrazo, Lola.
El cazador cazado. No sé por qué este tipo de cuentos hace aflorar mi vengadora interior..., y me gustan.
ResponderEliminarUn abrazo, Lola.
P E R F E C T O!!!!
ResponderEliminarHas escrito una novela negra, poblada por personajes violentos, impiadosos, en menos de 100 palabras.
Enhorabuena por este micro, Lola
¡Hala! Eso es sorpresa y no sólo para el lector :-P
ResponderEliminarEstupendo Lola, a veces cazador y presa son una sola cosa...
Besitos
(PD disculpa que no esté al día, últimamente he andado de cabeza, muacs)
Depredador frente a depredadora, buena descripción de semejante encuentro.
ResponderEliminarBesitos
Me pone los pelos de punta este tema, los seres humanos a veces somos bestias. Y a veces, me veo justificando ciertos comportamientos, como el de esta niña, lo que probablemente me convierte a mí también en una bestia.
ResponderEliminarHas dado en la diana, Tor.
ResponderEliminarSi no trabajo, iré, Elèna.
Tan cinefográfica como esa ranita verde.
Y dándole vueltas te has fijado en algo importante. Buena observación, Agus.
Marina, depredadores hay muchos y mientras se eliminen entre ellos, todo bien.
...Hierro muere, Rosa. Buen refrán.
Hay personas, Gemma, que están siempre en el filo de la navaja.
Yo también, Pedro.
La literatura tiene eso de bueno, Mónica, que deja salir todo lo que llevamos dentro sin matar a nadie.
Negro como el carbón, Patricia.
Vuelta de tuerca, Rocío. No te preocupes, pásate cuando quieras, a mí también me ocurre a menudo. No damos para más.
Un encuentro letal para él, Elysa. De vez en cuando, no está mal que la víctima sea un tipo.
La chica se las trae, Maite. El mal en su estado puro, aunque habría que ver lo que tiene que decir ella.
Abrazos a repartir.
Son el tipo de relato que no me gustan, no por cómo lo escribes, que lo haces muy bien, si no por la temática. Me alegro de que se tomara la justicia por su mano. Tu micro no cuenta la otra historia, de donde le viene este odio a las jóvenes, claro que la hija está en el móvil. Creo.
ResponderEliminarYo también me he quedado pensando qué habrá ocurrido con esa niña... Y en la ironía que encierran las primeras frases, puedo verlas reflejadas en la mente de la depredadora: "Se creen inmortales. Abren, confiados, la puerta del coche a desconocidas. Todos iguales"
ResponderEliminarBesos de cordero.
BEEEE!
Claro, Ximens, la temática a veces nos repele.
ResponderEliminarAbrazos pacíficos.
El pensamiento de un depredador reflejándose en otro. Muy interesante tu aportación, Alberto.
ResponderEliminarAbrazos fuertes que hace un frío que pela.
Siempre implacables.
ResponderEliminarLa mención a la hija me ha dado escalofríos Lola. Ahí se abre un mundo de posibilidades y ninguna con final feliz. Buenísimo. Me encantan los finales justicieros. Un beso.
ResponderEliminarY muchos con piel de cordero. Bienvenido al blog, Sergio.
ResponderEliminarTú, como Agus, tenéis ojo de lince, Mar.
Abrazos dobles.
Aunque los dos sean depredadores, me pasa como a Marina y me posiciono del lado de ella...
ResponderEliminarTiene mucha miga, pero mucha.
Abrazo pensativo
Por favor que le haga un siete por cada crimen. Va a quedar de museo de Semana Santa.
ResponderEliminarHala, beso/mordisco,
PABLO GONZ
Con la miga puedes mojar en la salsa y a ver qué sacas, Ro, que tú para eso tienes un sexto sentido.
ResponderEliminarAbrazos múltiples.
Mira, Pablo, esto de hacer reír de esta manera, me ha dejado un dolor en el estómago que como vaya a mayores te vas a enterar; un rajón de arriba abajo te voy a hacer.
ResponderEliminarAbrazos sin malas ideas.
Vuelve y mátala.
ResponderEliminarLa Boca del Ello
¡Pero qué mala leche tienes, Ánonimo y orgulloso! Deja a alguno para series negras.
ResponderEliminarBienvenido al blog.
Abrazos pacíficos.
Que bueno, Lola, el final me ha recordado a la película Matador, de Almodóvar, la protagonista se cargaba a la gente de la misma manera. Besos.
ResponderEliminarSí, sí, me acuerdo muy bien de aquella matadora, cómo descabellaba de bien.
ResponderEliminarBienvenido al tajo.
Abrazos sin pincho.
Lola, cazador cazado. Así debería ser siempre. Nadie tiene derecho a esto.
ResponderEliminarMe ha gustado.
Besos.
Miguel Angel de Eternidades y Pegos no me engañó.
ResponderEliminarMe dijo que Lola Sanbria era muy buena... y no me engañó.
El balido de los corderos ha vuelto.
Recién llegado a este microuniverso y encantado de descubrirlo.
Como novato en estas lides te dejo mi humilde blog por si quieres pasarte a ver lo que hago.
http://espiralesdetinta.blogspot.com/2011/10/el-rey-de-las-piedras.html
Me alegro de que te haya gustado, Nicolás.
ResponderEliminarAbrazos nocturnos.
Bienvenido Fernando y muchas gracias por tu comentario.
ResponderEliminarEcharé un vistazo a esos corderos silenciosos.
Abrazos a pares.
inesperado final.
ResponderEliminarGracias por pasarte, David.
ResponderEliminarPar de besos.