¡Claro que te apoyo, mi niño! Y por supuesto que estoy muy orgullosa de ti. De que llegarás lejos en el baloncesto, no me cabe la menor duda. La NBA está a la vuelta de la esquina. Tienes cuerpo, ¡ya lo creo que lo tienes!, paso mis apuros para encontrarte tallas; y pies tan grandes, que deben hacerte los zapatos a medida. Tu padre, en el paro, pero no escatimamos gastos si de tu futuro se trata. Todo es empezar, ya lo sé. Que tienes que practicar, también lo sé. Pero no encestando los huevos en el carro de la compra. Porque, ya me dirás, hijo, con qué vamos a hacer esta noche la tortilla de patatas.
Vaya con el nene, seguro que va por ahí encestando todo, y no está mal, pero los huevos...
ResponderEliminarUn beso, Lola, enhorabuena.
Es que nuestros niños de hoy están un poquito "cuajaos", me recordó al mío que no es baloncestista, pero está todo el día encestando, el otro día consiguió colar un hueso de aceituna (lanzado con la boca) en una botella de tinto. ¡Qué paciencia!
ResponderEliminarEnhorabuena por la selección, así al pronto era un tema complicadillo.
Un pequeño egoísta, sí.
ResponderEliminarGracias, Jesus.
Abrazos.
Están cuajados y algunos pasados de rosca ¿no?
ResponderEliminarGracias, Elisa.
Besos.
Desde luego, Lola, uno dejándose la piel, sacrificándolo todo, y el niño...en fin, supongo que hasta que uno no es adulto no ve las dificultades, por mucho que pensemos que son lo suficiente maduros ¿no?
ResponderEliminarUn besazo y enhorabuena por la elección del micro, tu literatura es toda una carrera de éxitos.
Buenísimo. Me he reído un montón.
ResponderEliminarSuerte
Un saludo indio
Enhorabuena Lola, muy original y simpático.
ResponderEliminarUn abrazo
Hehe. Qué escena :)
ResponderEliminarQue los enceste en el sartén ;)
¡Saludos!
Gracias Maite.
ResponderEliminarYo también me rei cuando lo escribía, Indio. Gracias.
Muchas gracias,Ángeles. Me alegro de que te gustara.
Eso estaría bien, KappieG, ya que tiene que practicar que haga la tortilla. Gracias.
Puñado de besos a repartir.
No es fácil arrancar una sonrisa. Y te confieso Lola que alguna vez en mi niñez practiqué este deporte tan reputado. El lanzamiento de huevos, claro.Por cierto, mi madre siempre me decía "cuando seas mayor comerás huevos". No sé, ahí lo dejo, por si acaso.
ResponderEliminarUn abrazo.
enhorabuena...
ResponderEliminarcomo siempre, saliste por un camino inesperado, una de las fuertes virtudes del microrrelato.
Competiremos por el premio mensual.
Así que encestando huevos. Menuda pieza debías de estar hecha, Agustín.
ResponderEliminarNo creo, Daniel que compitamos en el mismo mes. Tú eres de septiembre y yo creo que de octubre. Si compito contigo no tengo nada que hacer. A mi juicio, tu relato es mejor.
Besos agradecidos a repartir entre ambos.
Pues a lo mejor no pasa nada si los papás y las mamás les dicen a los nenes que no valen para algo... Hay que tolerar la frustración o te devora.
ResponderEliminarSaludos
O que se lo tienen que currar ellos solitos.
ResponderEliminarAbrazos, Woody