No he conocido a nadie
más resiliente que tú, con excepción de Lucía. Siempre ponías el cuerpo para
evitar un desahucio. Defendías un derecho constitucional aunque no supieras de
leyes. Pan y techo, niña, pan y techo. Fuiste mi faro para elegir profesión y
ponerla al servicio de los desposeídos por la avaricia. Pero hoy me siento
derrotada. Construir una vivienda con material urbano: trozos de madera, bancos
rotos, donde guarecerse de la lluvia y los amaneceres de hielo en esta ciudad
deshumanizada, fue la prioridad de Lucía. Cualquier cosa le valía. Todo
provisional hasta que yo consiguiera ganar el juicio contra el fondo buitre que
la dejó en la calle con sus hijos. Anoche unos desalmados prendieron fuego a la
chabola que ardió, con ellos dentro. Atrancaron la puerta por fuera. Una tea
siniestra iluminando un cielo negro como hollín. Ahora los tienes de vecinos.
Cuídalos bien, abuela.
17/4/21
DE ÁNGELES Y DEMONIOS. FINALISTA EL MES DE MARZO DEL CONCURSO DE RELATOS DE ABOGADOS
Tomada de la red
Muy bueno Lola. Felicidades, me alegro mucho!!
ResponderEliminarBesicos muchos.
Muchas gracias, Nani.
ResponderEliminarAbrazos a pares.