La señora
Maruja, del sexto, últimamente nos echa las granzas de café encima. Anda
distraída. Paciencia. Perdió a su perrita «Venus» hace poco. A
Celestino, el del quinto, le gusta asomarse a la ventana, y cuando ve a
Dolores, la vecina de enfrente, trajinando en la cocina, la ceniza del
cigarro, abandonado entre sus dedos, se desploma sobre nuestras cabezas.
Lo entiendo: está enamorado de ella. Pero aguantar a Jennifer, la niña
del cuarto, todo el día con el palito intentando tirar nuestra casa
abajo, es insufrible. Tendremos que construir nuestro nidito de amor en
otro árbol, mi querida pajarita.
Lindisimo y tierno, Lola.
ResponderEliminarEnhorabuena!
Gracias, Cora querida.
ResponderEliminarAbrazos dobles.
qué tierno Lola. Enhorabuena
ResponderEliminarGracias, mil, Elena.
ResponderEliminarUn abrazo a lo grande.
Delicioso. Me encantó. Recordé lo que es vivir en un edificio en Alicante, con un árbol en el patio centra. ¡Felicidades! Genial.
ResponderEliminarMuchas gracias, María.
ResponderEliminarAbrazos a pares.