Tomada de la red. |
En el almacén del centro, entre pijamas, chándales, batas
y cajas con calzado sanitario y deportivo, esperan empaquetados: seis pelotas
hechas con los globos rotos del último carnaval; cinco muñecas confeccionadas
con faldas, pantalones y jerseys viejos; sesenta tetrabriks de leche, tomate y
sopa, transformados en máquinas y vagones de trenes; cien pasadores de pelo,
que nacieron de las cápsulas de café, con formas de ositos, nenúfares y
caramelos; cincuenta prendedores y
broches, del plástico de botellas, que brotaron de los dedos de educadores y
técnicos como flores en primavera; y muchos camiones, coches y casitas que
salieron de los cartones de las cajas de embalaje. Los trabajadores cosieron
capas con forros de abrigos desechados, recortaron y pegaron cartulinas que
acabaron en coronas, y realizaron las barbas con el algodón de enfermería. En
Navidad, reciben en sus tronos a los
chicos de ojos rasgados y lenguas torpes. Llevan en sus manos las cartas a los
Reyes Magos.
Juguetes o regalos que llevan esencia de creatividad y envoltura de cariño. Las buenas profesionales. Un besazo.
ResponderEliminarEsencia de creatividad y envoltura de cariño. ¡Qué bonito!
ResponderEliminarAbrazos muy agradecidos.
Cuanta entrega y amor reflejados en un relato, que es una bocanada de aire fresco para tus lectores: cómplices y admirados, como quien te habla.
ResponderEliminarAgradecida y orgullosa de tu admiración quedo, querida Cora.
ResponderEliminarAbrazo largo para despedir el año.