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| Tomada de la red. |
Levanto la cabeza y miro la ventana: un cerco esponjoso y
blanco enmarca el cristal helado. Recorto los últimos pétalos, brillantes y
rojos, y los pego, uno a uno, al tallo con sus dos bellas hojas. Observo mi
trabajo. Lo doy por bueno. Envuelvo la rosa delicada en celofán y la deposito
sobre el libro, dentro del paquete. Luego lo envuelvo con papel de colores y lo
abrazo con cinta verde. Me pongo el anorak, el gorro, la bufanda y los guantes
y salgo a la calle. De camino a la oficina de correos, cruje la nieve bajo mis huellas.
Para escuchar el relato, clicad aquí. A partir del minuto 44.
Para escuchar el relato, clicad aquí. A partir del minuto 44.
Hermoso y triste. Felicidades, maestra.
ResponderEliminarUn abrazo, como tu lazo.
Gracias, enlazador de palabras.
ResponderEliminarA pares, los abrazos.
La soledad y el frío de estar lejos;el recuerdo que deseas abrazar desde esa distancia por momentos infinita...Tres colores: verde, rojo, blanco. Mágico.
ResponderEliminarNo escribes, Lola Sanabria: Bordas negro sobre blanco.
Enhorabuena más y más y cuantas veces sean.
Mil gracias, querida Cora.
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