Anoche la palabra naufragó en saliva. Ella va y viene del mercado. Corta zanahorias, calabacines, puerros. Y las sílabas bailan un tango con la campanilla. Hierve el agua salada que enternece las verduras mientras se acoda en el alféizar de la ventana. La primavera asoma amarilla y lila detrás del parque. Y ahora las letras deslizan sus panzas de tinta por un lago de valses y cisnes. Suspira. Vuelve a sus quehaceres. Calienta la sartén. Sala el pescado. Escucha la llave girando en la cerradura. “Aún no está la comida”, afirma el extraño, entrando en la cocina. Quiéreme, musita ella.
Si queréis escuchar el relato podéis hacerlo aquí a partir del minuto 55:63
Enhorabuena Lola. Por estos micros se explica uno que las editoriales vayan detrás, que los fallos de los concursos lleven tu nombre...
ResponderEliminarPlas plas plas
Un saludo indio
Mitakuye oyasin
Mil gracias David.
ResponderEliminarPuñado de besos y suerte con tu libro.
Enhorabuena otra vez Lola.
ResponderEliminarQue bien tejido está el micro. Qué maravilla a la hora de engarzar palabras. Brillante.
Besos
Enhorabuena, Lola.
ResponderEliminarEnhorabuena por toda tu producción, leerte es una fiesta.
Cariños!
Bonita forma de dar la enhorabuena, Juan. Gracias.
ResponderEliminarGracias, Patricia, por tus elogios.
Abrazos mañaneros.
Es que tu micro también suena a vals y tango. Ambos tristísimos. Tiene música. Precioso, Lola.
ResponderEliminarEnhorabuena por las dos cosas, por ganar y por el relatazo.
Un beso gordo.
Mil gracias, Miguel Ángel, y mil besos.
ResponderEliminarNo me extraña que nunca me cojan algún relato en este deseado wonderland, Lola te ha quedado bordado y yo después de leer sólo tengo ganas de bailar. Abrazos
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ResponderEliminarEste relato me hace pensar en las parejas que viven juntas sin hacerse compañía, en un estado de insatisfacción crónica.
Al principio del texto aprecio vitalidad, contento, ritmo. Y cuando ella vuelve a sus quehaceres veo desaparecer todo eso para dejar paso a una cotidianidad triste, con hambre de afecto. Entonces, siento pena por esta mujer que, sin duda, estaría mejor sin ese extraño.
Lola, una pregunta, no sé muy bien a qué se refiere la primera frase, ¿quizás a la incomunicación?
Felicidades. Y un abrazo.
Manuel, la constancia suele dar sus frutos, tú sigue participando.
ResponderEliminarMe gusta ese con hambre de afecto, Nenúfar, que tan bien describe la situación de la protagonista. El inicio creo que tiene relación con el título: un atasco de palabra que no pudo pronunciar en un momento y que sale al final. Pero bueno, es sólo una visión mía.
Abrazos agradecidos.
ResponderEliminarMuchas gracias, Lola, por tu respuesta. No había caído en esa interpretación. Ya se sabe que un texto (o una frase) puede tener diversas lecturas, pero conocer la del/la autor/a siempre me interesa.
Otro abrazo.
Espléndido, tristísimo, doloroso, tan bien narrado como sabes hacerlo¡Tanto desamor me abruma! me conmueve esta mujer para la que no tengo remedio ni consejo.
ResponderEliminarEl ser desvalido ante la indiferencia, produce la rabia de la impotencia, querida Cora.
ResponderEliminarAbrazos a granel.