Tomada de la red. |
En el cristal de la ventana, amargan los primeros brotes del almendro. La barra del armario se curva bajo el peso con sabor a hielo de los grises, y el tacto ligero de los azules y verdes que empujan al invierno. Arriba, en un ángulo del techo, la araña enhebra y tira hilo hacia el dintel de la puerta. Escucho mi desgana. El despertador ha dejado de temblar hace rato. Hora de levantarse cambiar la ropa y bajar la araña, me digo. Doy media vuelta y cierro los ojos. Un ratito más.
Lo has hecho tan visual, que parece que lo hubiera pensado yo. Me ha gustado mucho.
ResponderEliminarBesicos muchos.
¡Ya es primavera, Casa!
ResponderEliminarBesos floreados.
Relato sinestésico. Está claro que la primavera altera y sale tu vena poética.
ResponderEliminarPrecioso, me he sentido tan a gustito que he querido enredarme bajo las sábanas remoloneando un poco más.
ResponderEliminarAltera los sentidos, Ximens, ahí le has dado.
ResponderEliminarLa astenia primaveral, Maite.
Doble de abrazos.
No estamos habituados a tanto cielo cubierto y tanta agua. A mí que me gusta este tiempo ya empieza a cansarme y hasta le responsabilizo de mi estado de ánimo. Por eso viene tan bien este nacimiento al buen tiempo tal y como nos lo cuentas en este animoso relato.
ResponderEliminarBesos soleados.
Al final a uno, con tanta agua, se le cala el ánimo y, claro, se acostumbra . Decía Hume , el empirista, que aunque hasta entonces hubiera ocurrido, no podíamos asegurar con certeza que el sol iba a salir mañana. En fin, esperemos que se equivocara. Abrazos, besos.
ResponderEliminarNo sé si me da más pereza cambiar la ropa o bajar la araña, pero que me da mucha ya te lo digo yo también.
ResponderEliminarAbrazos almendrados.
Lola, la vida se disfruta de mejor manera cuando las preocupaciones diarias están bajo control y la primavera nos visita por la ventana.
ResponderEliminarMuy sensitivo este microrrelato.
Besos floreados.
Desde el otoño que recién comienza en el cono sur, leo, con deleite, este perezoso despertar de primavera.
ResponderEliminarAbrazos muchos, Lola!
Me encanta; mucho.
ResponderEliminarEl sol, como bien sabes, Juan, es vital para mí.
ResponderEliminarEl sol sale mañana, Agus, o lo hago aparecer a garrotazos. ¡Faltaría más!
Habrá que levantarse, Xesc, si queremos disfrutar de la primavera.
Controlar, lo que se dice controlar, ni la primavera, Nicolás. Habrá que disfrutar de los rayitos que vayan saliendo.
Patricia, el otoño puede estar muy bien, pero yo me quedo con la primavera.
Abrazos soleados.
¡ Que bien sienta ese ratito más !. Sobre todo a la "imputada" araña.¡Arriba! , a ver los almendros en flor. Un abrazo Lola.
ResponderEliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarY a mí, querida Eva, me gusta, y mucho, que te encante.
ResponderEliminarTriple de besos.
Qué bien se ve la primavera ocupando el sitio que llenaba el invierno.
ResponderEliminarAunque hoy el tiempo hace que la barra pierda curva.
Otro.
Dan ganas de levantarse cuando comienza a caldear el ambiente el calorcito primaveral, Salvador.
ResponderEliminarPronto iremos en camiseta, Miguel Ángel.
Doble de abrazos.