Hacia el minuto 38: 20 h.
Baja la calle sin prisas. Y aun así, llega el primero. Pide un café y lo toma a sorbos cortos. Van llegando. Se sientan a la mesa. Las cartas mugrientas se traban entre los dedos. Partida tras partida, el reloj guillotina los minutos. Hora de cenar, dice uno. Y todos se levantan. ¡Os atan corto vuestras mujeres!, ríe él. Y se queda solo. Pide un chato de vino. Remolonea. Vuelve despacio a casa. En el recibidor se encuentra con su imagen en el espejo. Sube la mano derecha y se acaricia la cara. Como hacía su madre cuando era niño.
Baja la calle sin prisas. Y aun así, llega el primero. Pide un café y lo toma a sorbos cortos. Van llegando. Se sientan a la mesa. Las cartas mugrientas se traban entre los dedos. Partida tras partida, el reloj guillotina los minutos. Hora de cenar, dice uno. Y todos se levantan. ¡Os atan corto vuestras mujeres!, ríe él. Y se queda solo. Pide un chato de vino. Remolonea. Vuelve despacio a casa. En el recibidor se encuentra con su imagen en el espejo. Sube la mano derecha y se acaricia la cara. Como hacía su madre cuando era niño.
Horror en la casa embrujada (Accésit)
David Figueroa
Camila sabrá lo hace, pero a
mí no me parece que entrar en la casa embrujada sea una buena idea.
Quiero ir a contarles a sus padres lo que va a hacer, pero los amigos
de Víctor me detienen, ellos también le temen.
Después de un rato jugando al escondite aparece Víctor que, sonriente, se pierde entre su séquito vitoreante. Un momento después sale Camila, con la mirada perdida, caminando lento. La acompaño a casa, en silencio,y, en la puerta, le pregunto qué pasó en la casa embrujada. Conteniendo las lágrimas me susurra al oído, los fantasmas no existen.
Después de un rato jugando al escondite aparece Víctor que, sonriente, se pierde entre su séquito vitoreante. Un momento después sale Camila, con la mirada perdida, caminando lento. La acompaño a casa, en silencio,y, en la puerta, le pregunto qué pasó en la casa embrujada. Conteniendo las lágrimas me susurra al oído, los fantasmas no existen.
Enhorabuena Lola, excelente dibujo de una estampa cotidiana que encierra mucho detrás de cada gesto.
ResponderEliminarFelices fiestas.
Ese final concluye un retrato complejo y real, muy real.
ResponderEliminar¡Enhorabuena!
Vaya dos buenos micros.
ResponderEliminarTú dirás misa Lola, pero lees muy bien los microrrelatos.
¡¡Enhorabuena!!
Muchos cariños
Gracias por acordarte de mois y de todos.
Como siempre genial. Enhorabuena Lola, un placer leerte! Un abrazo.
ResponderEliminarme alegro mucho Lola, creo que ya lo sabes, pero insisto. Es un relato perfecto. Me alegra mucho haberte escuchado en directo.
ResponderEliminarMuchos besos
Enhorabuena a ambos Lola y David!!!
ResponderEliminarDos micros muy buenos uno por la soledad del personaje y el otro por lo que no cuenta.
Besos desde el aire
Felicidades, Lola.
ResponderEliminarUn premio merecido, a la altura de un texto magnífico. Era cuestión de tiempo. Me alegro mucho.
Abrazos, besos.
Enhorabuena a la Lola!
ResponderEliminarTe escuché, es un micro para guardar, un micro para ganar claro. Merecido.
Un saludo indio
Mitakuye oyasin
Felicidades a los dos, Lola y David. En tu extraordinario relato se ve la soledad del protagonista y el influjo nefasto que una madre dominadora. Se lee y ven las escenas. Enhorabuena, otro premio para el saco.
ResponderEliminarEn el de David es una triste realidad, la de los jóvenes matones violadores y la inocencia de ciertas muchachas. Como siempre, lo importante no está dicho. Ser segundo, tras Lola, es un honor.
Querida Lola, admirada Lola Sanabria: vengo de escuchar la entrevista y el relato, y ahora de beberle a sorbitos en letra impresa. Otra breve y conmovedora joya que nunca deja de sorprenderme. Siento todavía la emoción que me ha producido, el disfrute de verte reconocida en este trayecto que decidirte iniciar en 2004.
ResponderEliminar¡Suerte para tus lectores! entre los que me cuento. Seguidora entregada y exigente, que otra vez más te rinde este homenaje emocionado.
Merecido premio que, viniendo de quienes viene, desprende respeto y emoción.
Un abrazo
Cada gesto, cada paso que damos, tiene un significado, Yolanda, claro que sí.
ResponderEliminarEstoy de acuerdo, Carlos, es un relato realista.
Si lo dice, Ro, va a misa.
Un placer recibir mensajes como el tuyo, Francesc.
El directo es lo que tiene, que el que escucha está feliz como una perdiz, y la que habla puede decir cualquier tontería, Elena.
Muy bien resumidos los dos relatos, Rosa.
Y tú ya estás tardando en mandar, Agus.
Tú sigue mandando, David, que el que la sigue, la consigue.
Mi relato lo has clavado, Ximens.
Cora, querida, tú siempre tan generosa conmigo. Sí, tú eres exigente, por eso me llena de doble satisfacción todo lo que me dices, sé que así lo sientes.
Abrazos y besos a repartir.
¡Enhorabuena, Lola!
ResponderEliminarLo dicho, un honor estar ahí, a tu lado.
Muchos besos.
Enhorabuena Lola. Tejido con mucho acierto, dibujas la escena de una vida, de muchas. Un gran micro.
ResponderEliminarFelicidades a David también. Una historia dura narrada con mucho tacto.
Un ejemplo perfecto de cómo contar una gran historia a través de la selección de unos pocos y pequeños detalles. Genial.
ResponderEliminarY no me iré sin felicitar a David, estupendo escritor y buen amigo.
Enhorabuena a los dos!
Gracias, Jesus, tú si que vales.
ResponderEliminarDoble de abrazos.
¡Enhorabuena Lola! Esta repleto tu relato de gestos que hay que descifrar para llegar o no al fondo. Un gran ejercicio, que como ya te dije, me parece de dificultad mayor, casi de orfebrería.
ResponderEliminarA disfrutar del premio.
Besos admirados.
Por no repetir lo mismo que la primera vez que lo leí, sólo,añadiré que este micro merece su premio porque es una pieza maestra, uno de esos textos que nos valen para explicar qué es un buen microrrelato y cuales son sus características esenciales.
ResponderEliminarVayan mis aplausos efusivos para ti y para el Sr. Figueroa, Don David.
Abrazos a pares.
Y yo repito que tambíen lo es para mí, David.
ResponderEliminarGracias, Xesc, perfilador de historias.
Mi agradecimiento de orfebre a orfebre, Nicolás.
Agradecida quedo de esta singularización del relato, Pedro.
Abrazos y besos a repartir.
Ya resulta un poco mosqueánte que a cada prueba hospitalaria que te haces últimamente, recibas noticias tan buenas como esta, y por supuesto, merecidas. Y esta porque viene de Barcelona y te pilla lejos, que si no rapidito te ibas con el suero colgando del brazo.
ResponderEliminarEnhorabuena muchacha.
Beso gordo.
Qué placer volver a leerte, Lola, volver a aprender/aprehender, de tu escritura. Así, no es de extrañar que el regreso me pille con un nuevo y merecidísimo premio.
ResponderEliminarMi cariño admirado de siempre.
El placer es mío, Patricia, por reencontrarte entre mis letras.
ResponderEliminarLluvia de besos.
Voy a tener que pedir más citas médicas, Juan. Porque es verdad que ya van dos veces que coincide con una prueba. Y si hay que ir con el suero, se va.
ResponderEliminarAbrazos sin sedación.
Me encanto cunado te lo leí en su momento. Precisó. El de David también me ha parecido muy bueno. Parece que hay nivel en el Wonderland. Besos navideños.
ResponderEliminarYa estás tardando Ernesto. Estarías ahí, seguro.
ResponderEliminarAbrazos al margen de fiestas.