Cuatro pasos adelante y uno atrás: salida de la meta, la mano de la madre y la pelota de colores. Tres pasos adelante y dos atrás: las prisas, la impaciencia, los besos de Lucía y las conexiones a Internet. Dos pasos adelante y tres atrás: el trabajo, el alboroto de los hijos y las partidas de mus. Cuatro pasos atrás y uno adelante: la torpeza de las piernas, la mano del nieto y la petanca. Cinco pasos atrás: un banco en el parque, la nostalgia y aquellos niños tirándose por el tobogán. Cero pasos y una caída. Final del trayecto.
Originalísima idea para contarnos el viaje de la vida, que no es otro que multitudes de pasos, adelante y atrás, recogiendo lo mejor de cada tránsito, de cada andén, de cada parada. El día que los pies se paran ...es el día que recordaremos el Gran Viaje.
ResponderEliminarUn beso Lola. ;)
Así es, Laura, la vida es un viaje con pasos adelante y atrás, los que nos acercan al final.
ResponderEliminarAbrazos muy vivos.
Lola, así es la vida. Dar pasos, unos sirven para avanzar y otros para retroceder. Pero la cuestión es moverse.
ResponderEliminarAbrazos movidos.
Mientras hay movimiento, hay vida, Nicolás.
ResponderEliminarAbrazos a pares.
La vida contada como una poesía en prosa. Eso es.
ResponderEliminarHermoso y original.
¡Saludos!
Gracias, mil, Sergio.
ResponderEliminarBesos volados.
Me gusta tu manera de contar la vida, con esos pasos, unas veces son para atrás y otras se avanza, pero eso es la vida hasta llegar a ese final de trayecto.
ResponderEliminarBesitos
Extraordinario modo de resumir, en una vida, todas las vidas.
ResponderEliminarEn el paso en el que ya tengo un nietito de la mano, te envío mis cariños
Conforme avanzamos, retrocedemos más, Elysa. Pero, como bien dices, eso es la vida.
ResponderEliminarAbrazos avanzados.
¡Qué bonito ese nietito de la mano, Patricia!
ResponderEliminarAbrazos de felicitación.
Me encanta Lola, entre tus pasos hacia delante, tus cotidianidades, tus pasos hacia atrás, has definido una vida que me resulta muy muy familiar.
ResponderEliminarUn placer leerte.
Un abrazo viajero.
Me admira cómo has sabido contarnos todas las vidas en tan pocas líneas, Lola.
ResponderEliminarCon una prosa trabajada, elegante, fronteriza con la poesía, nos llevas de la mano en este viaje tan visual.
Es un placer leerte.
Un abrazo.
Unos pasos que forman el camino de la vida. Original planteamiento, agridulce sabor, como el de la vida.
ResponderEliminarMe gustó mucho.
Un abrazo.
Si, claro que la vida es un viaje... Este micro me dejó pensando si en verdad los pasos no son ni para atrás ni para adelante,,, porque esas señas sólo se saben cuando uno tiene la meta clara. Y quizás la vida sea un viaje sin demasiados andenes programados en el itinerario; para que sea vida, eso creo.
ResponderEliminarBello micro, de los que se siguen escribiendo dentro de uno.
Abrazos.
Encantada de que te guste, Paloma.
ResponderEliminarGracias por pasarte don vito.
¡Qué bonitas palabras para hablar de mi micro, Pedro!
Así es, Carlos,la vida nos da su cal y su arena.
Efectivamente, hay rodeos, desvíos etc, pero siempre acabas en un final, Juan. Me alegro de que te deje la mente trabajando.
Abrazos a repartir.
A mi me ha dejado paralizado lo del tropezón final y fin de trayecto. Mira que me jode eso de que se acabe el viaje.
ResponderEliminarGenial tu manera de representar este recorrido tan corto.
Besos.
A ver, Juan, voy a por la llave para darte cuerda y que te pongas en marcha otra vez. Entre tú y yo, a mí también me jode.
ResponderEliminarMil abrazos consoladores.
Es tan bonito...¿sabes? me ha recordado algunas frases de Gloria Fuertes. Lo digo con toda la admiración de la que soy capaz. Es mucha.
ResponderEliminarUn beso
Tu micro me ha dado mucho en que pensar Lola. A parte de los pasos adelante y atrás el viaje por la vida esta lleno de tropiezos, a veces demasiados...Me ha gustado mucho esta visión del viaje.
ResponderEliminarBesos desde el aire
Qué fácil lo haces Lola, tanto, que me ví avanzando y retrocediendo. Lo peor es que se me cae la baba ahora como un niño. Retrocedí, más que avance.
ResponderEliminarUn saludo indio
Mitakuye oyasin
Me gusta mucho la concepción de la vida como movimiento, con pasos en ambas direcciones, aunque inevitablemente siempre hacia adelante. Y me hace pensar en la quietud, en el no movimiento, en vida. Un texto que sugiere lo que no puede ser, pero vitalista, porque uno avanza, se equivoca, retrocede, se cae, se levanta... Lástima que sea todo tan fugaz.
ResponderEliminarAbrazos, besos.
Estupendo el texto que nos has dejado. Como siempre un placer pasar por tu casa.
ResponderEliminarSaludos y feliz domingo.
Esa es la vida Lola, pasos adelante, pasos atrás. Toda una andadura en seis frases. Eres genial. La vida pasa muy deprisa, como ese viaje en tren. Un beso.
ResponderEliminarNo tan bonito como tu nombre, Alma.
ResponderEliminarAsí es, Rosa, ocurren muchas cosas en este viaje de vida.
Eso quería expresar en el retroceso, Indio, que volvemos al inicio aunque no sea de igual forma.
Una verdadera lástima, Agus. Pasamos por la vida como un suspiro.
Gracias por pasarte, Antonio.
Entonces, Mar, habrá que exprimirla al máximo.
Abrazos a repartir.
Crónica de una vida, a ritmo de pasos. Qué buena idea. Me gusta mucho, Lola. Sobre todo, porque, a pesar de la forma tan original, no pierde un apice de realidad. Muy bueno.
ResponderEliminarAbrazos
PD. Esta creo que es la que el otro día no me permitia ver. Ya la he visto.
Me alegra que te guste, Miguel Ángel. Y sí, el blog a veces hace cosas raras.
ResponderEliminarPar de abrazos.
Es como una campana de Gauss. Una montaña escarpada. La subida y descenso de Sísifo pero en un solo ciclo. Subir, bajar y estrellarse. No más. Empiezas a vivir y llega un punto en el que te sale "game over" y no sabes cómo pero no tienes más monedas.
ResponderEliminarMe gustó mucho la forma de relatarnos el camino.
Abrazos
Buena metáfora lo de las monedas y la maquinita de jugar, Xesc.
ResponderEliminarAbrazos, muchos.